
02/01/2025
En 1922, un grupo de científicos fue al Hospital General de Toronto, donde se mantuvo a niños diabéticos en pabellones, a menudo 50 o más cada vez. La mayoría de ellos estaban en coma y muriendo de cetoacidosis diabética. Otros estaban siendo tratados mediante una dieta extremadamente estricta, que inevitablemente llevó a la inanición.
Esto es conocido como uno de los momentos más increíbles de la medicina. Imagina una habitación llena de padres sentados al lado de la cama esperando la inevitable muerte de su hijo.
Los científicos iban de la cama a la cama e inyectaron a los niños un nuevo extracto purificado: se llamaba insulina.
Cuando comenzaron a inyectar al último niño comatoso, el primer niño inyectado comenzó a despertar. Entonces, uno a uno, todos los niños despertaron de sus comas diabéticos. Una habitación de muerte y tristeza se convirtió en un lugar de alegría y esperanza.
A principios de la década de 1920 Frederick Banting y Charles Best descubrieron insulina bajo la dirección de John Macleod en la Universidad de Toronto. Con la ayuda de James Collip, la insulina fue purificada, haciéndola disponible para el tratamiento exitoso de la diabetes.
En el mismo año, Banting, Collip y Best decidieron vender la patente de insulina a la Universidad de Toronto por 1 $.
Banting y MacLeod ganaron un premio Nobel por su trabajo en 1923.
Créditos de la foto: Biblioteca y archivos de Canadá