02/07/2025
La neuropsicología y la neurociencia nos aportan una explicación objetiva del porqué de esta influencia. Del porqué los niños aprenden de las personas que están a su cargo con tanta facilidad. Y de cómo sus aprendizajes no se refieren solo a contenidos. También repercuten en las emociones, las intenciones y las conductas.
Estas células constituyen el sustrato cerebral de la imitación y la empatía, características tan necesarias como interesantes cuando hablamos de educación. Actualmente, sabemos que son decisivas para el aprendizaje, tanto de acciones como de emociones e intenciones. Es decir, no solo somos ‘imitadores’ de lo que vemos, como un bostezo o un gesto. También de lo que el otro siente o de lo que nos imaginamos que siente.
El hecho es que experimentamos la misma activación en nuestro cerebro cuando hacemos algo y cuando vemos que lo hace otra persona. En otras palabras, tenemos el reflejo de la acción del otro por efecto de las neuronas espejo. Si, por ejemplo, una niña ve sonreír a alguien, se crea una representación mental de esa sonrisa. Esto provoca, a su vez, la emoción básica que sentiría si ella misma sonriera.
Por lo tanto, tenemos una gran responsabilidad a la hora de guiar a los niños, porque somos modelos para ellos. De fortalezas, de debilidades, de nuestras respuestas ante sus demandas y preguntas, y de actitudes que favorecen o complican las enseñanzas que nos proponemos darles.
El ambiente que generamos en la familia, las voces templadas o los gritos, la tranquilidad y la armonía o la crispación, serán representaciones mentales en los cerebros de los pequeños, cuyas neuronas espejo ensayan silenciosamente durante 24 horas al día para poder actuar en el momento en el que se presente la ocasión.
Si observamos los comportamientos de padres y madres, es posible darse cuenta de que muchas veces corrigen los mismos que, sin querer, ellos han enseñado. Pretendemos que los niños no griten a sus compañeros cuando se enfadan. Pero a menudo las personas adultas se enfadan y reaccionan gritando. De este modo pierden la capacidad de actuar y la oportunidad de enseñar la habilidad del autocontrol.
Creditos de imagen original: hablando contigo psicología.