
04/05/2024
La resiliencia no es una habilidad o capacidad absoluta que se adquiere de una vez y que es para siempre. Es el resultante de la interacción constante entre el individuo y su entorno y se puede entrenar con una serie de estrategias que se explicarán más adelante.
Aun así, existen diversos factores de riesgo y factores protectores que nos harán ser más o menos resilientes. Los factores protectores son aquellos que favorecen la aparición de la resiliencia como, por ejemplo:
Vivir en un entorno con personas resilientes.
Tener autocontrol emocional.
Tener un autoconcepto positivo.
Gestionar los conflictos de una forma adecuada.
Controlar los impulsos.
Ser personas positivas.
La psicóloga clínica y magister en neuropsicología nos ha los sobre los factores de riesgo son aquellos que no favorecen la aparición de la resiliencia.
En este caso serían los contrarios a los protectores como, por ejemplo: no vivir en un entorno con personas resilientes, ser negativos, tener un mal autocontrol y autoconcepto o no tener un buen control de impulsos.
Como se puede ver, la noción de resiliencia abarca las características psicológicas y biológicas intrínsecas para un individuo. No obstante, estas pueden ser modificadas para tener una mayor protección contra el desarrollo del estrés.
Psc. María Isabel Viteri
Radio identidad cultura
Tener autocontrol emocional No se trata de no llorar o de no sentir, se trata de aceptar que podemos hacerlo. Tenemos que aprender a llorar, gritar, etc. Pero a la misma vez, tenemos que regular y encaminar estas emociones para poder fortalecernos.
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