20/01/2025
ALOPECIA AREATA
Es un tipo de alopecia bien caracterizada en el ser humano, aunque no tanto en la especie canina, en la que posiblemente se encuentra aún infradiagnosticada , ya que en muchas ocasiones se presenta como pequeñas calvas que no resultan tan alarmantes como otras lesiones de piel. En efecto, las manifestaciones clínicas típicas son placas de alopecia aparentemente no inflamatorias, focales o multifocales, y que pueden encontrarse hiperpigmentadas. Aunque las lesiones típicas aparecen en cabeza y cuello pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, y hay una clara demarcación entre las zonas sanas y las zonas alopécicas, lo que puede ayudar a incluir la enfermedad en la lista de diagnósticos diferenciales.
En la alopecia areata el ataque inmunitario se dirige contra los folículos pilosos en fase de anagen, es decir de crecimiento, siendo la diana las proteínas de la raíz como la tricohialina, lo que se ha podido demostrar tanto en humanos como en los perros. En los humanos, además, se ha demostrado que los melanocitos también se ven afectados , lo que podría explicar el chocante hecho de que pueda afectar solamente a uno de los colores (generalmente oscuro) en el caso de perros con capas multicolor, y de que cuando el pelo vuelve a crecer sea con frecuencia de color blanco (leucotriquia). Puede afectar también a las uñas, que pierden su superficie lisa y se presentan irregulares y con estriaciones en la superficie. Hay otras muchas enfermedades con apariencia macroscópica similar: la demodicosis, dermatosis, displasia folicular o la alopecia patrón adquirida pueden entrar en el diagnóstico diferencial de la alopecia areata.
Para el diagnóstico definitivo se requiere estudio histopatológico, en el tricograma, que se debe realizar de rutina en todos los casos de alopecia, podemos encontrar raíces pilosas que se encuentran en forma de “signo de exclamación”, característico del proceso. Las muestras para biopsia deben obtenerse secuencialmente desde el centro de la lesión alopécica hacia la periferia.
Histológicamente el signo más específico consiste en bulbitis, que en lesiones tempranas presenta un infiltrado de linfocitos y neutrofilos invadiendo el bulbo del pelo en fase anagen. La inflamación puede progresar para incluir el istmo; en estos casos el diagnóstico se complica ya que puede confundirse con pseudopelade u otras enfermedades que producen foliculitis mural del istmo; sin embargo, si la bulbitis es la única lesión remarcable, es patognomónica de alopecia areata. Es importante sobre todo de cara al pronóstico de la evolución de la enfermedad, ya que en la pseudopelada la pérdida de pelo es irreversible. Dado que el pelo con frecuencia vuelve a crecer espontáneamente, aunque puede tardar hasta 2 años, no se suele buscar tratamiento una vez efectuado el diagnóstico. Por extrapolación de la especie humana (donde es un trastorno cosmético muy preocupante) se han probado diversas terapias con corticoides, minoxidil o pentoxilina.
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Bibliografía: FIAVAC - Clínica Práctica online - número 2 - Especial Dermatología
Autora: MV Alicia Cózar Fernández, Madrid, ESPAÑA
Imagen: MV Carlos Vich. FB