06/10/2025
A veces, no es que tu adolescente no quiera hablarte.
Es que siente que no puede hacerlo sin ser juzgado/a, corregido/a o comparado/a.
Las conversaciones se van llenando de frases automáticas:
“no es para tanto”, “ya vas a entender cuando crezcas”, “solo quiero ayudarte”…
y sin darnos cuenta, el diálogo se va acabando.
La buena noticia es que se puede reconstruir.
No con sermones, sino con más escucha.
Hablar con un adolescente no siempre se trata de tener respuestas,
sino de ofrecer un espacio donde se sientan seguros para tener sus propias preguntas.
🌱 En terapia trabajamos justo eso:
que puedan expresarse sin miedo,
y que tu también puedas acompañar sin sentirte agotada o culpable.
Si sientes que el diálogo con tu hijo o hija se volvió un muro, escríbeme.
Podemos buscar juntos una forma más sana de volver a encontrarse.