26/07/2022
ERES TU SANADOR…
Enfermas porque intoxicas tu corazón con la rabia, el rencor, los celos, las ansias o la frustración, o porque simplemente aún no perdonas o aceptas;
No sanas porque perdiste el sentir dejando de escuchar a tu cuerpo y lo intoxicas con lo que ves, oyes, ingieres, inhalas, o tocas;
Enfermas porque intoxicas a tu mente con juicios, preocupaciones o críticas, perdiéndote del momento presente…de la vida, o porque buscas distracciones externas o adicciones que te desconecten de la realidad, para evitar el dolor y acallar los síntomas que hablan de esa desarmonía interior, de esa falta de Amor…propio.
No sanas por tu prisa, tu carrera incesante, el apuro sin pausa, tu lucha constante y la competencia inconsciente en la que estás sumergido para alcanzar la “Seguridad” que te de “Paz”, conseguir el “Amor” allá afuera, y obtener el “Reconocimiento” o la “Aprobación” de los demás, y así tal vez alejarte del sufrimiento, o de la soledad…
Enfermas cuando sostienes relaciones en las que no puedes expresarte, te reprimes o te callas, cuando tienes que complacer para que te amen, cuando debes controlar para sentirte seguro, cuando luchas para ganar o huyes para evitar el conflicto, cuando tus límites no son respetados y tu dignidad afectada; No sanas cuando te mantienes dentro de relaciones que te desgastan, te quitan energía, deterioran tu autoestima, en las que no suman, te juzgan, critican, humillan o sencillamente no eres visto. Y enfermas principalmente porque las relaciones tóxicas que atraes y permites seguramente reflejan la manera inconsciente y tóxica que tu aprendiste a relacionarte contigo mismo.
No sanas o te enfermas porque ya no sientes la calidez del Sol en algunas partes de tu cuerpo, porque no le permites al Mar limpiar tus heridas, porque no le das la oportunidad a tus pies de sentir el respaldo de la Tierra o a tus piernas de caminar y perderte en el bosque, o porque te desconectaste del sentir las caricias del Viento. O quien sabe si no sanas tan solo porque ya no reconoces la energía vital que te puedes regalar con una Respiración consciente y profunda…
Por favor recuerda que las señales de cualquier molestia, un dolor de cabeza, ese apretón o vacío en el pecho, el retorcijón en la panza, o los gritos de tu cuerpo, nadie los puede descifrar mejor que tú, regresa a mirar a tus hábitos, patrones, creencias, ritmo, emociones y comportamientos, regresa a ver a tu infancia, a los mecanismos de defensa adaptativos que emergieron orgánicamente de la mente, el cuerpo y el sistema nervioso de ese niñ@ vulnerable para poder sobrevivir en esa dinámica relacional familiar no elegida… regresa a mirar hacia atrás y hacia dentro, y seguro encontrarás la causa y también el remedio.
No creas a ciegas en los diagnósticos, ni en las etiquetas que la ciencia ha impuesto o lo que ha descubierto hasta hoy, no busques “recetas”, primero conecta, escucha únicamente a quien sientas conexión y confianza, explora, investiga, siente, descubre, utiliza más tu intuición y recién ahí elige el camino, pero no otorgues nunca a nadie más el valioso Poder de sanarte…. Porque la Sabiduría no está afuera, porque tú eres tu Sanador.
~ Hakim