17/10/2024
En el mes de octubre dedicamos un ensayo al mayor exponente y promotor de la Paz en el mundo, Mahatma Ghandi, quien entre sus enseñanzas nos explicó la importancia de Ahimsa, la no violencia.
La actualidad presenta numerosos desafíos, incluyendo guerras, injusticias sociales y crisis sanitarias, a nivel mundial.
Aunque el número absoluto de muertes en conflictos ha disminuído desde 1946, los conflictos y la violencia siguen en aumento, reflejando una creciente complejidad en los escenarios globales. La reciente pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en la salud mental y física de las personas, así como en la estructura social y económica, generando muchas veces comportamientos agresivos en casi toda la población.
Es así que, el enojo, es una respuesta natural que surge ante situaciones estresantes o amenazas, generando sentimientos intensos y, a menudo, conductas agresivas.
Se puede describir como un sentimiento de irritación o molestia que varía en intensidad y puede manifestarse de distintas maneras, incluyendo ira y furia en sus formas más extremas.
Es importante entender que el enojo es una emoción común y puede ser una señal, que hay una situación que requiere atención.
Ante el enojo, la práctica diaria de meditación y postura de yoga pueden ser una herramienta eficaz para gestionarlo.
Uno de los principios fundamentales en el camino de un yogui y filosofías de la India es “Ahimsa”, que se traduce como "no violencia". “Ahimsa”, se menciona en los textos védicos y en los Upanishads, enfatizando la importancia del no daño en pensamientos, palabras y acciones a toda forma de vida.
Este concepto filosófico, aboga no solo por la ausencia de violencia física, sino también por el respeto en pensamientos y palabras, promoviendo las ideas de respeto integral hacia todos los seres vivos.
Es fundamental para el desarrollo espiritual y ético de un yogui, practicar “Ahimsa” para cultivar un ambiente de paz y armonía, tanto en uno mismo como en el entorno.
¿De qué manera conseguimos incluir Ahimsa en nuestro diario vivir?
La práctica diaria de meditación y posturas de yoga pueden ser una herramienta eficaz para gestionarlo, ya que nos ayuda a observar y erradicar emociones negativas como la ira.
Practicar saludos al sol(día) o a la luna (en la noche), ofrecen movimientos que ayudan a liberar tensiones y equilibrar el estado emocional.
La postura Natarajasana, conocida como la postura del bailarín, puede ser útil para manejar el enojo, ya que implica equilibrio tanto físico como mental. Al practicar esta postura, que requiere concentración y estabilidad sobre una pierna mientras la otra se levanta hacia atrás, con ello se logra una mayor flexibilidad en la columna vertebral y en los músculos, lo que puede ayudar a liberar tensiones emocionales.
Practicar regularmente pranayamas, incluyendo posturas como Natarajasana, pueden favorecer la calma y la claridad mental.