13/09/2025
El ejercicio físico es ampliamente reconocido por sus profundos beneficios tanto para la salud física como psicológica.
La evidencia destaca la complejidad de las modificaciones epigenéticas inducidas por el ejercicio. En el músculo esquelético, la hipometilación del ADN de genes, como PGCla y GLUT4, mejora los procesos metabólicos y la adaptación muscular. Las modificaciones de las histonas, reguladas por AMPK y CaMKIL, impulsan la remodelación de la cromatina, lo que favorece la salud muscular a largo plazo. En el cerebro, el ejercicio promueve la neuroplasticidad mediante la desmetilación del ADN y la acetilación de histonas de BDNF, y microARN como el miR-137 influye en la neurogénesis y la memoria. En el tejido cardíaco, el ejercicio modula la actividad de HDACA y microARN como el miR-1 y el miR-21 para mejorar la función cardíaca y mitigar la remodelación patológica.
La dinámica temporal de los cambios epigenéticos inducidos por el ejercicio ha demostrado que el ejercicio en la primera infancia proporciona beneficios inmunometabólicos a largo plazo, mientras que el ejercicio materno puede mejorar la salud vascular de la descendencia, lo que subraya los efectos transgeneracionales de la actividad física. Optimizar las intervenciones de ejercicio en la primera infancia y en la madre es prometedor para mejorar los resultados de salud a largo plazo.
En conclusión, los efectos epigenéticos del ejercicio ofrecen vías prometedoras para mejorar la salud y prevenir enfermedades.