
07/07/2025
🌿 Desde la mirada sistémica: la perfección como lealtad oculta 😱
Desde la pedagógia sistémica, el deseo de ser perfecto muchas veces no nace de una elección individual, sino de una lealtad inconsciente al sistema familiar.
🔸 Un niño puede querer ser perfecto para “no dar más problemas”, especialmente si percibe que mamá o papá están abrumados, tristes o con mucho estrés.
🔸 Puede cargar con la idea de que si “yo soy bueno, perfecto, y no me equivoco”, entonces traeré paz, alivio o amor al sistema.
🔸 A veces, hay una historia sistémica donde los errores fueron castigados con dureza o humillación, entonces en generaciones siguientes, se instala una prohibición profunda de equivocarse.
Desde esta perspectiva, el perfeccionismo es un intento de pertenecer, de ser visto o de compensar algo anterior.
🧠 Desde la experiencia somática: el cuerpo ante el error 😨
😱Cuando un niño siente que equivocarse es peligroso (porque recibe gritos, rechazo, desaprobación o simplemente pierde el vínculo afectivo por un instante), su sistema nervioso activa mecanismos de defensa:
🔥 Se activa el sistema de estrés: cortisol, adrenalina, hipervigilancia.
❄️ Puede entrar en modo “congelamiento” (freeze): el niño se paraliza o se desconecta.
😰 La sensación de vergüenza ante el error genera contracción corporal: hombros caídos, mirada hacia abajo, tensión en la mandíbula o vientre.
🫠Si esto se repite, el cuerpo graba el error como una amenaza, y se instala un patrón de miedo a equivocarse.
Es decir: el sistema nervioso no registra el error como aprendizaje, sino como peligro. Y eso impide la creatividad, el juego, la exploración.
🌺 Entonces, ¿qué podemos hacer?
🙌🏽Validar el error como parte del aprendizaje: ¡Qué bueno que te equivocaste! ¿Qué descubriste con eso?
🙌🏽Nombrar el cuerpo: “Tu corazón late rápido porque estás nervioso, y eso es normal cuando nos sentimos inseguros.”
🙌🏽Mirar con amor sistémico: “No necesitas ser perfecto para ser amado. Eres parte, incluso cuando te equivocas.”
Te acompaño 0999724168