Foro Salud Pública Ecuador

29/10/2025

🇯🇵 En Japón, muchos supermercados y mercados locales, las cajas y envases de frutas, verduras, huevos o arroz incluyen fotografías y mensajes personales de los agricultores. Esta práctica busca fortalecer la transparencia y la conexión humana entre quien cultiva y quien compra, fomentando una agricultura local más visible y cercana.

Lejos de ser una obligación legal, esta tendencia forma parte de estrategias voluntarias de trazabilidad promovidas por cooperativas agrícolas, cadenas minoristas y pequeños productores. Su propósito es reducir la distancia emocional entre el campo y la ciudad, devolviendo un rostro y una historia al alimento. Al mostrar quién está detrás de cada producto, se genera un sentido de confianza y orgullo tanto para el consumidor como para el agricultor, al tiempo que se refuerza la preferencia por los alimentos locales frente a los importados.

Además, este enfoque encarna un valor profundamente japonés: la reciprocidad entre quien produce y quien consume, basada en respeto, honestidad y gratitud.

📚 Referencias:
- "Garantía de calidad y trazabilidad de los alimentos", Centro de Estudios de Manufactura de la Universidad de Tokio.

29/10/2025

Ignaz Philipp Semmelweis, el médico que instauró el lavado de manos que salvaría millones de vidas y que acabó hundiendo la suya...

El húngaro Semmelweis llegó a Viena en 1837 con la intención de ser abogado, pero tras asistir a una autopsia cambió de idea: sería médico.

En 1844 Semmelweis terminó su doctorado, y dos años más tarde comenzó a trabajar en la Maternidad del Hospital General de Viena.

Allí fue donde descubrió que las mujeres que daban a luz tenían una tasa de mortalidad por fiebres mucho más alta que las que lo hacían en sus casas.

Por eso, en aquella época, los hospitales eran conocidos como "Casas de la Muerte", ya que era más seguro ser tratado en casa que en un hospital.

Además, en la Maternidad del Hospital de Viena existían dos clínicas. En la Clínica Primera la tasa de mortalidad por fiebre era de un 10% , mientras que en la Clínica Segunda era de menos del 4%. Así que decidió investigarlo.

Y llegó a una extraordinaria conclusión. La Clínica Primera era donde practicaban los estudiantes de medicina, mientras que la Clínica Segunda estaba destinada a la enseñanza de matronas. Lo que implicaba que el problema estaba en el personal que asistía a los partos.

Semmelweis concluyó que los estudiantes transportaban partículas en sus manos como consecuencia de las autopsias que realizaban antes de ir a la clínica, cosa que no ocurría con las matronas que asistían en la otra clínica.

Así que se le ocurrió ver qué ocurriría si sus compañeros se lavaban las manos al entrar en la sala.

Una palangana llena de solución de cloro y tres simples palabras "Lávese las manos" fueron suficientes. La mortalidad por fiebre sufrió un descenso de un 90% y tras 2 meses ya era cercana a cero.

Pero en vez de un homenaje, Semmelweis recibió un castigo. Su "insinuación" de que eran los propios médicos los que mataban a sus pacientes no gustó a nadie.

Fue despedido y sus técnicas descartadas y olvidadas. Se convirtió en un despojo, un paria del que todos se reían.

Tras trabajar en un pequeño hospital en el que también eliminó la mortalidad de las madres, acabó pobre y desahuciado en un manicomio de Viena debido a una depresión severa.

Dos semanas más tarde, Semmelweis moría por una herida gangrenada en su mano. Tenía 47 años.

Las cifras que consiguió gracias a su técnica habrían bastado para revolucionar la sanidad, pero ese cambio todavía tardaría un par de décadas en llegar.

Aunque Ignaz Semmelweis nunca supo dar una explicación científica al motivo de las muertes, lavarse las manos ha salvado millones vidas desde entonces.

Más de un siglo después de que se burlaran de sus teorías, la Universidad Médica de Budapest cambiaba su nombre por el de Semmelweis University.

29/10/2025

Nadie quería creerle.
Decían que se había vuelto loco, que sus ideas eran ridículas.
Y sin embargo, él sabía que detrás de esas manos sucias se escondía la muerte.
Se llamaba Ignaz Semmelweis, nació en Budapest en 1818, y trabajaba como médico en un hospital de Viena a mediados del siglo XIX.

Cada día veía el mismo horror: mujeres que entraban sanas para dar a luz y morían pocas horas después de fiebre puerperal.
Una infección misteriosa, que afectaba a una de cada tres madres.
Semmelweis observó, comparó, contó.
Descubrió que las mujeres atendidas por médicos morían con mucha más frecuencia que las asistidas por parteras.

¿Por qué?
Porque los médicos, antes de ayudar a las parturientas, realizaban autopsias y luego —sin lavarse— tocaban los cuerpos vivos.
Comprendió que la enfermedad no era un castigo divino, sino una contaminación invisible transmitida por las manos.
Así impuso a todos lavarse con una solución de cloruro de calcio antes de tocar a las pacientes.
Las muertes se desplomaron.

En pocas semanas, la fiebre puerperal casi desapareció.
Había encontrado la clave de la vida.
Pero la medicina de su tiempo no estaba preparada.
Sus colegas se burlaron de él, lo aislaron, lo llamaron fanático.
¿Cómo podía la ciencia aceptar que la causa de las muertes fuera la negligencia de los propios médicos?

Destruido por el rechazo, Semmelweis terminó internado en un manicomio, donde murió a los 47 años, olvidado e insultado.
Solo décadas después, el descubrimiento de las bacterias le dio la razón a sus intuiciones.
Hoy en día, cada quirófano, cada sala de hospital, cada cirujano que se lava las manos antes de salvar una vida lleva consigo en ese gesto su legado.

Ignaz Semmelweis no buscaba la gloria.
Solo quería que las madres dejaran de morir.
Y para hacerlo, pagó con la suya.
Porque a veces la verdad no necesita herramientas sofisticadas, solo manos limpias y una conciencia que no se rinde.

29/10/2025

Celebración del Día de Una Salud - Estrategias multisectoriales para contener la RAM. Una Salud, con múltiples voces

13/10/2025

📚Cada vez que lees con tus hijos fortaleces su concentración, su lenguaje y su curiosidad por aprender. 📖 Además, creas un vínculo único contigo.🫶🏼

💙En encuentras ideas y consejos para fomentar la lectura desde los primeros años.
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13/10/2025

13/10/2025

✨ Hoy, 10 de octubre, conmemoramos el Día Mundial de la Salud Mental. ✨

En un mundo que muchas veces exige sonreír, recordemos que no siempre estar bien está bien.
Hablar, pedir ayuda, llorar, respirar… también es parte de sanar. 💚

Desde Fundación Nicolás, abrazamos a cada persona que atraviesa momentos difíciles, especialmente a quienes transitan un proceso de duelo.
Queremos recordarte algo importante:
🌿 No estás sola. No estás solo.
Tu salud mental importa, tu historia importa y tú importas.

fundacionicolas

04/10/2025

💧🌱 ¡Kimsakocha nos necesita! 🌱💧

Este sábado nos unimos en una gran Minga por la Vida para sembrar plantas nativas y limpiar los residuos contaminantes que la minera dejó en nuestros páramos.

Será un espacio de acción y esperanza, donde las comunidades, estudiantes y defensores del agua caminaremos juntos para cuidar nuestra casa común. ✊

📍 Punto de encuentro: Universidad de Cuenca – Av. 12 de Abril
⏰ 08h00

Porque el agua vale más que el oro, levantamos la voz y las manos:
¡Kimsakocha no se toca!