02/06/2020
CUIDADO CON LA MANIPULACIÓN IDEOLÓGICA
Los significados que la colectividad va elaborando a través de la información que recibe de los medios de comunicación y de otros aparatos de reproducción ideológica, generan y otorgan sentido, identificación, validez y legitimidad a determinadas prácticas y estructuras sociales.
La Psicología puede actuar en representación de los intereses de la clase dominante o de las clases explotadas. No existe una Psicología neutral. Por ello, cabe realizar el análisis de la noticia que indica que las Fuerzas Armadas requieren Terapia Psicológica debido a que participaron del sepelio de los fallecidos en Guayaquil por COVD-19. La intención ideológica es clara:
1. Individualizar y humanizar al aparato represivo en el imaginario colectivo, despojándole de su carácter estructural esencialmente violento, de preservación del sistema capitalista y de defensa de los intereses de la clase dominante –en constante modernización de los mecanismos de represión-. Al individualizar el conflicto, se puede dar espacio para la producción de una falacia: "si el militar sufre como yo, las protestas violentas son ilegítimas e inmorales, porque le causan un daño personal".
Con esto, se siembra la idea de que las protestas sociales, son peleas entre individuos meramente, cuando en realidad son expresiones históricas de la lucha de clases, de las clases desposeídas en búsqueda de la conquista de sus derechos y su emancipación. La lucha no es contra los individuos, sino contra un sistema opresor, que es defendido y resguardado por la policía y la milicia, que, aunque no pertenecen a la clase dominante, defienden sus intereses.
2. Psicologizar los conflictos sociales, resaltando aspectos personales que tienen que ver con las emociones, sentimientos y afectaciones personales de la crisis sobre policías y militares, con el objetivo de sensibilizar a la población y generar identificación con ellos. Todo ello ignora un hecho real: el brutal disciplinamiento que reciben las fuerzas del orden en su formación, atravesada en todo momento por la violencia y sumisión ante la autoridad. Se ha comprobado en múltiples estudios, que este tipo de educación está encaminado a desensibilizar y formar una "lealtad" inquebrantable hacia la autoridad. No es coincidencia que, en todo el mundo, desde hace décadas y hasta siglos policiales y militares hayan sido los autores de múltiples aberraciones y torturas a jóvenes revolucionarios y manifestantes protagonistas de múltiples estallidos sociales.
3. Encubrir la violencia ejercida por este aparato, durante la emergencia sanitaria, previo a ella y posteriormente. Se han dado torturas y humillaciones públicas por parte de policías y militares, con la excusa de respetar el Toque de Queda, así como amedrentamientos y violencia desmedida en las primeras protestas que han resultado de la crisis actual.
4. Honrar y enaltecer la labor de las fuerzas policiales y militares durante la crisis sanitaria, dando la idea de que esta se orienta a cuidar el bienestar de la población. Se les percibe como héroes, lo cual es ajeno a la realidad.
5. Hacer de menos las afectaciones y el dolor de miles de familias que han perdido a sus seres queridos en condiciones paupérrimas, antes de y durante la crisis sanitaria, sin recibir ningún tipo de atención psicológica, social o económica de parte del Estado.
En Ecuador, la brecha económica y social entre clases se ahonda cada vez más y la presente crisis se ha convertido en un pretexto perfecto para que, amparados por la legalidad burguesa, los dueños del país arremetan contra los derechos elementales del pueblo: salud, educación, empleo, remuneración, entre otros. Si bien las tareas de manejo de la emergencia sanitaria del país en general, así como las acciones destinadas al manejo de cadáveres en particular, constituyen actividades desgastantes y que podrían afectar las condiciones emocionales de quienes las llevan a cabo, los principales afectados de esta crisis son las personas de los sectores populares, los miles de desempleados, campesinos, trabajadores explotados, estudiantes, maestros, médicos, y artistas populares.
Los reconocimientos, bonos y gratificaciones a las Fuerzas Armadas durante esta época, no son casuales. Ser un sector de excepción en la reducción de presupuestos o aportes económicos, tener una escala salarial propia y contar con beneficios con que otros trabajadores no cuentan, compromete a las fuerzas represivas a brindar lealtad incondicional a la mano que les da de comer.
Es claro que la psicología hegemónica en estos casos funge como mecanismo de contención ante los malestares emocionales que presentan los funcionarios del brazo represivo del Estado, y, en el proceso, podría avalar y legitimar su accionar, en esta crisis y en otros momentos de tensión social. Hoy los militares están manejando cadáveres en un país con la tasa más alta de decesos por coronavirus en el mundo, mañana estarán usando armamento letal para combatir la lucha legítima del pueblo, tal como reza el Acuerdo Ministerial N. 179 expedido por el Ministerio de Defensa.
Cuidado con la manipulación ideológica que pretende crear un discurso pacifista que apague y criminalice la protesta social.
El pueblo empieza a desarrollar un análisis y comprensión científica de la realidad, donde están identificados sus aliados y enemigos.
Psicología Dialéctica, 2020.