02/12/2025
“LA MAGIA DEL RAPE”
Los pueblos dicen que es “un rayo” que baja por la columna; El rapé es un polvo finísimo hecho normalmente de tabaco, es un sistema completo de conocimiento, relacionado con el espíritu del viento y de la selva.
Es una tecnología espiritual de precisión, usada durante siglos para reconectar a la persona con su eje, con la tierra y con su verdad interna.
El rapé, más allá de la experiencia físico-energética. Toca capas internas profundas que normalmente permanecen protegidas. El impacto del rapé sobre los sentidos es tan abrupto qué Interrumpe drásticamente el flujo del pensamiento y obliga a la conciencia a suspender su actividad verbal.
La intensidad del rapé puede activar inicialmente un estado simpático (alerta), pero luego baja a un estado parasimpático (relajación profunda).
Genera un instante de “vacío de ego”. Ese vacío donde la mente deja de contarse historias y aparece el ser. Mueve emociones muy profundas porque debilita momentáneamente las defensas psicológicas; no destruye, pero sí afloja.
El rapé es soplado a través de un tubo (tepi o kuripe) directo a las fosas nasales. El soplido directo en la nariz impacta el canal central, por lo que centra la conciencia, aclara la mente, rompe patrones de pensamiento repetitivo y abre un estado de presencia plena.
La sensación de presión, lagrimeo, sudoración o expulsión se considera parte del proceso de purificación.
Es común que las personas digan que el rapé “te aquieta para oír lo que ya estaba dentro”.
El tabaco amazónico es una planta ligada a lo terrestre, al cuerpo, al aquí y ahora. El rapé baja la energía y te hace sentir “más pesado”, más presente, más enraizado, por eso se usa en ceremonias fuertes (ayahuasca, pe**te, temazcal, hongos) para regresar al cuerpo o sostener la energía.
El rapé suele empujar al cuerpo y liberar a través de llanto, respiración rapida, vómito, sudor y sacudida energética.
No puedes negociar con esa sensación, solo puedes respirar y rendirte. Esa rendición es una de las prácticas más profundas que existen porque toca la humildad, la entrega, la confianza y la aceptación.