07/04/2025                                                                            
                                    
                                                                            
                                            ¿Cuánto de lo que somos realmente nos pertenece? ¿Cuántos de nuestros comportamientos, reacciones, creencias, no son más que reflejos de lo que otros han impuesto, directa o indirectamente, a lo largo de nuestra vida? Vivimos en un entorno donde la influencia del medio parece ser absoluta, un contexto que rara vez cuestionamos porque simplemente creemos que es así, que es lo que debe ser. Sin embargo, esa aceptación pasiva nos lleva, irremediablemente, a una inconformidad profunda con nuestra propia existencia. Si no nos detenemos a pensar, si no cuestionamos cada aspecto de lo que hacemos, de lo que creemos ser, es posible que estemos viviendo una vida ajena, una existencia fabricada por los demás: nuestros padres, nuestros educadores, la sociedad misma. Incluso la imagen que nos proyecta la pantalla, ese espejo digital donde la realidad se distorsiona, juega un papel crucial en este adoctrinamiento silencioso. Y si no nos detenemos, si no nos preguntamos por qué pensamos y sentimos lo que pensamos y sentimos, podemos acabar atrapados en una vida que no es la nuestra, una vida diseñada por otros, para otros. La reflexión y el cuestionamiento son las únicas herramientas que tenemos para recuperar la autenticidad de nuestro ser.