23/03/2025
“Un Domingo sin pantallas”
Es domingo y el sol entra tímido por la ventana.
Papá se estiró en el sofá, mamá se puso su gorro de cocina, y los niños ya estaban descalzos, pisando el suelo frío con emoción.
—¿Qué vamos a hacer hoy? —preguntó Martín, con los ojos encendidos de curiosidad.
Mamá no dijo nada, solo levantó la ceja y señaló la cocina. Había harina, huevos, frutas y una torre de panqueques por imaginar.
Papá silbaba mientras buscaba su linterna para explorar el armario oscuro donde se escondían tesoros: juegos de mesa, cuentos con esquinas dobladas, una lupa gigante.
—Hoy vamos a explorar el mundo —dijo—, pero sin salir de casa. Y sin pantallas.
Los niños se miraron entre risas. Era raro, pero emocionante.
Primero cocinaron juntos, manchándose los dedos, probando la masa cruda y decorando como artistas locos. Luego salieron al parque con una manta y libros.
Vieron un escarabajo atravesar el césped, una ardilla saltar entre ramas, y a una niña reírse con un papalote.
—Mira, mamá, ese árbol tiene la forma de un dinosaurio dormido.
—Y ese nido parece una corona.
Por la tarde, armaron una tienda de sábanas en la sala.
Dentro, contaron cuentos con linterna, inventaron voces, hicieron preguntas raras.
—¿Cómo suenan los pensamientos de un gato?
—¿Y si los zapatos pudieran hablar?
Se olvidaron del reloj, del ruido, del mundo digital.
Se acordaron del olor del pan recién hecho, del sonido del viento, de las cosquillas compartidas.
Ese domingo no quedó guardado en ninguna foto, pero todos lo recordaron como el día más bonito del mes.
Un día en que jugar fue suficiente,
reír fue el lenguaje,
y la presencia, el mejor regal
Que hoy sea un domingo para recordar 🙃