
27/07/2025
LO QUE MÁS AMABA...
Cuando el enojo me quitó lo que más amaba.🦉
Había una vez un zorro llamado Kael, fuerte y orgulloso.
Era rápido, astuto… pero su alma estaba rota por dentro.
Vivía con el corazón endurecido, como si todo doliera.
A su lado, una zorra llamada Alía lo acompañaba.
Era suave como el viento, cálida como la luna.
Lo amaba profundamente, incluso cuando él no lo merecía.
Aguantaba sus silencios, sus estallidos, sus palabras llenas de espinas.
Esa noche discutieron de nuevo… como tantas otras veces.
—¡Siempre te tengo que explicar todo! —gritó Kael, perdiendo el control.
—¿Y tú cuándo dejarás de herirme así? —susurró ella.
No se tocaron.
No se abrazaron.
Solo se alejaron.
Cada uno durmió con el corazón lleno de orgullo.
Pero al amanecer…
el lado de Alía en la madriguera estaba frío.
Sus ojos ya no se abrían. Su aliento ya no volvía.
El bosque estaba en silencio, como si guardara un secreto.
Kael tembló. Gritó. Aulló al cielo con desesperación contenida.
La vida se detuvo.
El mundo perdió todos sus colores.
Corrió a su lado, la abrazó… pero ya era tarde.
Las palabras que nunca dijo, ahora dolían como cuchillas.
—¡Perdóname! —gritó al vacío—
¡No era eso lo que quería!
Pero el eco fue su única respuesta.
Días después, un viejo búho descendió del árbol más alto.
Tenía ojos sabios, como si ya lo hubiera visto todo.
Se posó frente a Kael y le habló con calma:
—¿Por qué lloras tanto, joven zorro? ¿Qué has perdido hoy?
Kael, con voz rota, apenas pudo articular las palabras:
—Discutía por todo… pero ni recuerdo por qué lo hacía.
No le dije que la amaba.
No le pedí perdón.
Me dormí creyendo que tendría otra oportunidad…
pero ya no hubo mañana para nosotros.
El búho suspiró, moviendo sus plumas con ternura y pesar:
—Dime algo, Kael…
¿Valía la pena tener la razón esa noche?
¿Valía más tu orgullo… que su último "te amo"?
Kael cerró los ojos, temblando como hoja al viento:
—No… cambiaría todo por un solo minuto más con ella.
Solo para abrazarla.
Para no decir nada.
Solo sentirla.
El búho alzó vuelo, dejando en el aire un susurro:
—Ama con paciencia.
Perdona sin demora.
Porque nunca sabes qué “buenas noches”… será el último adiós.
🌿 Recuerda:
A veces discutimos con quien más amamos por cosas pequeñas.
Nos dejamos llevar por el ego, por el cansancio, por el día.
Creemos que siempre habrá un “mañana” para arreglar las cosas…
Pero la vida no siempre da segundas oportunidades.
Hoy, si tienes a alguien que amas, no lo dejes para después.
Abre los brazos.
Baja el orgullo.
Di lo que sientes.
Un perdón a tiempo puede salvar más que una relación:
Puede salvar tu alma.
Y un “te amo” a tiempo puede convertirse en tu mayor paz.