14/02/2022
CUERPO Y MENTE NO VAN SEPARADOS.
La frase "El cuerpo grita aquello que la persona calla" es un frase muy conocida, difundida y casi trillada, con cierto toque poético, que sin intención logró que la ciencia fría y dura ninguneara el verdadero sentido, que no es otro, que una verdad que vive el ser humano en tiempos de vértigo social.
Pero saliendo de esta ridícula situación de frase romántica contra ciencia obtusa, ¿cómo hacer que el cuerpo tenga su ansiado silencio y la persona hable aquello que calla?. Es una necesidad que es bueno aclarar, cuando las manos de un terapeuta profesional con formación académica y experiencia trabajan sobre un cuerpo crispado en tensiones musculares, descubre los puntos críticos del enjambre, así la pericia de la técnica y la experiencia logran disminuir la hipertonia, liberar los bloqueos y limpiar el tejido fibroso, se restablece la función postural adecuada, entonces con mucha más naturalidad la persona emulciona sus sentimientos en palabras que liberan la opresión interna de viejos conflictos nunca resueltos, en su antigua batalla interior por ser aquello que no puedo ser o todo "eso" que lo habita y no logra entender de los amores de todo tipo filial, mal entendidos y peor interpretados. Las manos hábiles descubren jeroglíficos corporales, ahora el terapeuta también debe buscar el mensaje encriptado en la catarata de palabras, porque la realidad no está en cada palabra pronunciada, la verdad está entre las palabras, en eso que llamamos "holofrase" una frase corta pero muy abundante en historia personal oculta, no solo al mundo exterior, sino a quien la pronuncia en cada holofrase o en cada palabra fallida, que puede pasar oculto en la grandilocuencia verboragica. Debe existir alguien que la detecta y la transforma en palabras simples, en una verdad entendible, para ese ser que escondió en su propia negación aquello que nunca recordaba porque no podía soportar su verbalizacion, "Todo lo que no se dice, porque se puede decir, pero no soportar" ayudar con palabras para amortiguar el impacto de la verdad oculta en un mundo interior subterráneo, que hasta ese momento se expresa en síntomas corporales "Los gritos del cuerpo".