11/02/2020
Recientemente se ha difundido la noticia del desarrollo de una nueva arma contra el cáncer: los linfocitos T programados.
Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos. Se originan como todas las células sanguíneas en la médula ósea. Los linfocitos T, en concreto, tienen la particularidad de viajar después hasta el timo para madurar. De ahí su nombre.
Un tipo de linfocito T, el “helper” o colaborador en la respuesta inmune, es conocido por su papel en el SIDA. Cuando disminuye su población por la enfermedad, aumenta el riesgo de infecciones.
Otro tipo de linfocito T, el citotóxico, tiene la capacidad de aniquilar por si mismo células extrañas. Desde hace tiempo se ha trabajado con distintos abordajes sobre esta cualidad con el fin de dirigirlo contra células tumorales. Y el éxito parece haber llegado por medio de la ingeniería genética. El tratamiento, terapia CAR-T, consiste en extraer linfocitos T del paciente afectado, modificarlos geneticamente para dirigirlos exclusivamente contra el cáncer diagnosticado, cultivarlos, multiplicarlos, y finalmente administrarlos al paciente. Aunque hasta la fecha parece aplicable a un reducido tipo de cánceres, las espectativas son enormes. Se trabaja ya para producirlos y almacenarlos en laboratorio, de forma que sean universalmente compatibles para cualquier paciente y específicos para cada tipo de cáncer. Esto evitaría esperas, aumentaría la cantidad de material terapéutico y conllevaría una disminución enorme en los costes.
Los estudios con linfocitos T también incluyen enfermedades autoinmunes. Quién sabe si por ahí podría llegar la solución a la hasta ahora devastadora Alopecia areata.