03/03/2021
.
🦔1. Puede ser un efecto secundario (una mente más calmada suele ayudar a estar más relajado), pero no lo buscamos. Es más, muchos días tú mente esta muy activa y durante la práctica puedes estar más agitado. La actitud en este caso debe de ser de aceptación. Lo que buscamos es una atencion consciente sostenida y alerta, si perseguimos la relajación, podemos obtener el efecto contrario (como cuando obligamos a la mente a dormir).
🦔2. No tenemos esa capacidad. No pretendemos "no pensar", sino que los pensamientos no nos arrastren. Es tomar conciencia de lo que aparece en nuestra mente (pensamientos, sensaciones, emociones) y donde está nuestra atención (pensando, recordando, planificando...).
🦔3. No buscamos controlar lo que pasa por nuestra mente, sino gestionar o regular mejor lo que pensamos y sentimos. Es inevitable que aparezcan pensamientos y sensaciones; no podemos controlarlos sino observarlos con una actitud de aceptación y, si podemos, soltarlos, dejarlos ir.
🦔4. Es muy común esta expectativa en los principiantes (ej. no quiero que aparezca la ansiedad). Pero no podemos eliminar lo que ya está en nuestra mente. Lo que sí podemos hacer es observarlo, verlo con distancia, dar un paso atrás y decidir si dejamos que nos influya o no, pero no eliminarlo. De nuevo, la aceptación es aqui una actitud clave.
🦔5. No es algo místico. Es una práctica laica, aunque provenga del budismo. En si, no tiene connotaciones religiosas. No vas a vivir levitando, todo el día, en estado de flow. Al contrario, te ancla a la realidad y a ser más consciente de tu experiencia.