09/04/2024
Los aceites vegetales, además de contener distintos porcentajes de ácidos grasos esenciales, aportan vitaminas y principios activos excelentes para el cuidado de la piel y el cabello.
Básicamente, nutren y revitalizan, pero también favorecen la hidratación, ya que forman sobre la piel una barrera impermeable que, además de protegerla, retiene la humedad, permitiendo la transpiración.
Pero no todos son iguales. Unos son ricos en antioxidantes, otros mejoran la elasticidad, los hay que protegen de las radiaciones solares y algunos ayudan a evitar las estrías.
Muchos sirven como vehículo para diluir en ellos aceites esenciales que, al ser muy concentrados, no pueden ser aplicados directamente sobre la piel.
Los aceites esenciales son sustancias volátiles que se extraen de las plantas mediante destilación, mientras que un elevado porcentaje de los aceites corporales se extrae por presión en frío.
Estos son algunos de los más usados en cosmética en la actualidad:
o Almendras dulces. Es muy apreciado por su rápida absorción. Posee un efecto hidratante, nutritivo y protector. Contribuye a mejorar la regeneración celular y flexibiliza la piel, dejándola suave. Es excelente para aplicar sobre la piel y el cabello seco y quebradizo. También ayuda a eliminar eccemas e irritaciones.
o Aguacate. Rejuvenece, nutre, suaviza e hidrata. También protege frente a las agresiones externas y aumenta la flexibilidad de la piel. Ayuda a reparar los estragos producidos por el sol. Es apropiado para el cuidado de las pieles secas, envejecidas y castigadas.
o Jojoba. Hidratante y recomendado para pieles maduras por sus propiedades antioxidantes. También resulta eficaz en el tratamiento de eccemas y psoriasis
o Onagra. Se utiliza con fines nutritivos, hidratantes, suavizantes y revitalizantes. Se obtiene por presión en frío de las semillas de una planta originaria de América del Norte, donde los pueblos nativos la han utilizado desde hace siglos con fines curativos y cosméticos.
o Germen de trigo. Se trata de un aceite hidratante, nutritivo, regenerador y protector contra los rayos solares. Sus propiedades antioxidantes ralentizan la acción de los radicales libres. Suaviza la piel y aumenta su elasticidad, por lo que previene la aparición de estrías.
o Caléndula. Se obtiene por maceración. Tiene propiedades descongestivas, regeneradoras y antiinflamatorias. Resulta excelente para después de una exposición solar, cuando la piel está irritada o sensibilizada, y para la piel de los niños. También está indicado para zonas de sensibilidad extrema, dermatosis, rozaduras e irritaciones.
o Avellana. Se emplea para el cuidado de las pieles grasas, ya que es astringente y ayuda a cerrar los poros. Es un excelente aceite vehicular que aporta hidratación y nutrición a la piel.
o Argán. Se extrae de las semillas del fruto del árbol Argania espinosa, que crece en zonas áridas del norte de África. Su uso es habitual entre las mujeres bereberes. La virtud más apreciada es su capacidad de frenar la degeneración de los tejidos. Se recomienda contra grietas, acné, irritaciones, eccemas y quemaduras, así como para masajes.
o Tepezcohuite. Resulta extraordinario por su gran poder hidratante y reparador. Contiene bioflavonoides que estimulan la microcirculación periférica.
o Aceite de hipérico. Alivia las quemaduras leves producidas por el sol y relaja la piel.
o Sésamo. Tonifica la piel, combate la flacidez y protege de los rayos solares.
o Soja. Su aceite, además de resultar muy nutritivo y de fácil absorción, está indicado para problemas de acné.
o Aceite de albaricoque. Excelente para cuidar la piel sensible y envejecida.
o Aceite de coco. Facilita el bronceado pero también resulta muy apropiado para el cuidado del cabello y de las uñas.
o Aceite de rosa mosqueta. El aceite esencial que se obtiene de las semillas de los escaramujos, los frutos del rosal silvestre, es rico en nutrientes que resultan básicos para la piel.