ETHOS Psicologos

ETHOS Psicologos Centro de psicología Empresa creada en el año 2008 situado en el centro de Alcalá de Henares (Madrid).

Somos un centro cualificado para el tratamiento de todos los problemas psicológicos.

10/10/2025
14/14 Volver a míHubo un tiempo en que creí que mi ansiedad era parte de mí. Que vivir cansado, tenso, siempre en alerta...
21/09/2025

14/14 Volver a mí

Hubo un tiempo en que creí que mi ansiedad era parte de mí. Que vivir cansado, tenso, siempre en alerta, era lo normal.
Hoy sé que no.

La terapia con EMDR me enseñó a mirar mi historia sin miedo. A procesar lo que había quedado atrapado. A soltar la necesidad de control. A dejar de exigirme perfección.

No fue un cambio de un día para otro, pero poco a poco recuperé algo invaluable: mi calma.
Ahora puedo reír con mis amigos sin que mi mente esté en otro lado. Puedo equivocarme sin sentir que es el fin. Puedo dormir sin luchar contra mi cabeza.

Y sobre todo, entendí que pedir ayuda no me hizo débil. Me hizo libre.

No soy perfecto, pero ya no necesito serlo. Hoy soy suficiente. Hoy vuelvo a mí.

👉 Si te ves en mi historia, tal vez sea tu momento de dar el primer paso. Buscar ayuda puede ser el inicio de tu propio regreso.
📢 ¿Y si tú también te dieras permiso de empezar este camino?
🔖

14/14 Volver a míHoy miro hacia atrás y me cuesta reconocer al hombre que era. Aquel que no podía dormir, que vivía con ...
21/09/2025

14/14 Volver a mí

Hoy miro hacia atrás y me cuesta reconocer al hombre que era. Aquel que no podía dormir, que vivía con miedo constante, que se exigía hasta romperse. No era flojo ni débil: estaba atrapado en la ansiedad.

La terapia con EMDR me ayudó a procesar lo que llevaba años cargando en silencio. No borró mi pasado, pero me dio algo mejor: la posibilidad de vivir mi presente sin miedo.

Ahora puedo reír con mis amigos sin estar en otro lugar con la mente. Puedo tomar decisiones sin paralizarme. Puedo dormir sin sentir que debo estar de guardia. Y, sobre todo, aprendí que pedir ayuda no es rendirse: es recuperar la vida.

No soy perfecto ni invulnerable. Pero ya no necesito serlo. Soy suficiente así como soy.

👉 A veces, sanar es tan simple y tan grande como recuperar una noche de paz.
📢 ¿Y si tú también te dieras permiso de empezar este camino?
🔖

13/14  Volver a respirarUna noche pasó lo impensable: me dormí sin luchar.No hubo listas mentales, ni revisiones, ni ese...
20/09/2025

13/14 Volver a respirar

Una noche pasó lo impensable: me dormí sin luchar.
No hubo listas mentales, ni revisiones, ni ese torbellino de “¿y si…?”. Solo cerré los ojos… y descansé.

Al despertar, sentí mi cuerpo distinto. Más ligero. Como si al fin hubiera soltado una carga invisible que llevaba años conmigo. No era una cura mágica, pero sí un alivio profundo.

En terapia comprendí que muchos de los recuerdos que antes me dolían ya no tenían el mismo poder. El EMDR no borró mi historia, pero sí me permitió mirarla sin miedo. Y eso abrió un espacio nuevo: calma.

Calma para respirar sin prisa. Calma para confiar en que no todo depende de mí. Calma para equivocarme sin sentir que el mundo se derrumba.

Por primera vez en mucho tiempo, tuve la certeza de que la vida puede sentirse ligera. Que se puede volver a respirar.

👉 A veces, sanar es tan simple y tan grande como recuperar una noche de paz.
📢 ¿Recuerdas la última vez que sentiste verdadera calma?
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12/14 Descubrí que no era debilidadToda mi vida creí que ser fuerte era aguantar. No llorar. No pedir ayuda. Mostrar sie...
19/09/2025

12/14 Descubrí que no era debilidad

Toda mi vida creí que ser fuerte era aguantar. No llorar. No pedir ayuda. Mostrar siempre control.

La ansiedad me enseñó lo contrario: que esa máscara de fortaleza me estaba quebrando por dentro.

En terapia, recordé cuando de niño me dijeron: “los valientes no lloran”. Esa frase se convirtió en una condena silenciosa. Pero con EMDR, pude revivirla de otro modo. Entendí que aquel niño no era débil por llorar: era humano.

Ese día lloré en la sesión, frente al psicólogo. Y lo que sentí no fue vergüenza, fue alivio. Por primera vez entendí que llorar me liberaba más que contenerlo. Que abrirme no me hacía menos fuerte, sino más real.

Hoy sé que pedir ayuda no es rendirse, es dar un paso hacia adelante. Y que la vulnerabilidad no es debilidad: es el puente hacia la sanación.

👉 A veces, lo más valiente que puedes hacer es dejar que alguien te acompañe.
📢 ¿También creciste creyendo que llorar era signo de debilidad?
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11/15  El niño que aún vivía en míEn terapia descubrí algo que nunca había querido mirar: mi infancia.Cerré los ojos y m...
18/09/2025

11/15 El niño que aún vivía en mí

En terapia descubrí algo que nunca había querido mirar: mi infancia.
Cerré los ojos y me vi escondido en mi cuarto, con la sensación de que debía ser invisible.

Recordé frases que parecían pequeñas, pero que dolieron mucho: “No llores”, “sé fuerte”, “no es suficiente”. No eran gritos, pero me marcaron. Aprendí a exigirme demasiado, a callar mis emociones, a creer que nunca bastaba.

Con EMDR, ese recuerdo empezó a transformarse. Al seguir los movimientos con la mirada, pude ver a ese niño y, en mi mente, acercarme a él. Le dije: “Está bien sentir. No estás solo. No tienes que cargar con todo”.

Fue un llanto distinto, liberador. Comprendí que muchas de mis ansiedades de adulto no nacieron en el presente, sino en ese niño que aún buscaba consuelo.

Ese día entendí que sanar no es olvidar el pasado, sino aprender a abrazarlo con compasión.

👉 A veces el presente se calma cuando aprendemos a cuidar a nuestro niño interior.
📢 ¿Has sentido que tu niño interior todavía pesa en tu presente?
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10/14 Aprendiendo a soltarSiempre pensé que si no controlaba todo, algo malo pasaría. Revisar la puerta varias veces. Le...
17/09/2025

10/14 Aprendiendo a soltar

Siempre pensé que si no controlaba todo, algo malo pasaría. Revisar la puerta varias veces. Leer un correo cinco veces antes de enviarlo. Organizar hasta lo más mínimo. Me agotaba, pero creía que era la única forma de estar seguro.

En terapia entendí de dónde venía. Recordé a mi yo niño, esperando que mi madre llegara a casa. Si se retrasaba, mi mente imaginaba lo peor: un accidente, una tragedia. Era demasiado para un niño, y aprendí que estar en guardia era “cuidar”.

Con EMDR, reviví esa escena de otra manera. Vi al niño con miedo, pero también entendí que no era su culpa. Que no dependía de él. Que no todo se puede controlar.

Esa sesión no borró mis hábitos de la noche a la mañana. Pero me dio un regalo: la posibilidad de soltar poco a poco. De respirar sin revisar, de confiar aunque no tenga todo bajo mi mano.

Y descubrí que al soltar, no pierdo seguridad: gano paz.

👉 Soltar no es descuidar. Es aprender que la vida también se sostiene sola.
📢 ¿También te cuesta soltar el control por miedo a que todo falle?
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9/15 Volver al origenEl psicólogo me pidió que pensara en un recuerdo donde esa ansiedad se sintiera fuerte. Cerré los o...
16/09/2025

9/15 Volver al origen

El psicólogo me pidió que pensara en un recuerdo donde esa ansiedad se sintiera fuerte. Cerré los ojos y, de pronto, estaba en mi infancia.
Un examen. 9 años. Las manos temblando. El miedo a equivocarme.

Recordé la voz de mi padre: “Tienes que hacerlo mejor”. No era un grito, pero lo viví como si no pudiera fallar nunca. Ese día aprendí a asociar error con vergüenza. Y esa herida, sin darme cuenta, la había cargado toda mi vida adulta.

Con EMDR, el psicólogo me guió siguiendo con los ojos sus movimientos. Al principio pensé: “¿qué sentido tiene esto?”. Pero luego algo cambió: la imagen dejó de doler como antes. No desapareció, pero dejó de ser tan pesada.

Ese recuerdo, que había dictado mis miedos durante años, ahora era solo eso: un recuerdo. No una condena.

Me di cuenta de que mi ansiedad no empezó ayer ni la semana pasada. Tiene raíces profundas, y trabajarlas es la manera de liberarme.

👉 Sanar no es olvidar. Es dejar de vivir atrapado en el pasado.
📢 ¿Sabías que muchas ansiedades tienen raíces en recuerdos de infancia?

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8/14 La primera sesiónEntré con miedo. No sabía qué decir, temía ser juzgado. Pero el psicólogo me miró sin prisa, con c...
15/09/2025

8/14 La primera sesión

Entré con miedo. No sabía qué decir, temía ser juzgado. Pero el psicólogo me miró sin prisa, con calma, y me escuchó.
Por primera vez en mucho tiempo, sentí que alguien entendía mi cansancio.

No me dio recetas rápidas ni frases bonitas. Me explicó algo sencillo y poderoso: lo que sentía tenía nombre. Ansiedad generalizada.

Me habló de un tratamiento llamado EMDR. No era borrar recuerdos ni hipnosis, sino darle a mi mente la oportunidad de procesar lo que había quedado congelado en el pasado. Dudé, claro. ¿Y si tampoco funcionaba? Pero dentro de mí apareció algo que hacía años no sentía: esperanza.

No salí “curado” de esa primera cita. Pero sí más liviano, como si me hubieran quitado un peso al entender que no estaba roto, que no era mi culpa y que había un camino posible.

👉 El primer paso no es sanar todo. Es animarse a entrar y dejarse acompañar.
📢 ¿Te imaginas lo que es sentir alivio solo por saber que lo tuyo tiene nombre?

7/14 El día que no pude másNo fue una crisis en el trabajo. No fue una pelea. No fue un accidente. Fue un martes cualqui...
14/09/2025

7/14 El día que no pude más

No fue una crisis en el trabajo. No fue una pelea. No fue un accidente. Fue un martes cualquiera, después de un día cualquiera.

Me senté en el coche, cerré la puerta y antes de arrancar, algo dentro de mí se rompió.
Las lágrimas salieron sin permiso, las manos me temblaban, el pecho me dolía. No podía respirar bien.

Pensaba: “¿qué me pasa? ¿por qué si todo está bien afuera, por dentro siento que me derrumbo?”. Era como si todos los años de tensión, de insomnio, de dudas constantes, hubieran estallado al mismo tiempo.

Ese día entendí algo que había negado mucho tiempo: no era flojera, no era carácter, no era que yo era “débil”. Era ansiedad. Y estaba pidiendo a gritos que hiciera algo.

No fue fácil, pero marqué un número y pedí una cita con un psicólogo. Ese gesto, tan pequeño y tan grande a la vez, fue el verdadero inicio del cambio.

Reviso la puerta una, dos, tres veces. Aunque sé que la cerré, la duda no me deja en paz.Antes de enviar un correo, lo l...
14/09/2025

Reviso la puerta una, dos, tres veces. Aunque sé que la cerré, la duda no me deja en paz.
Antes de enviar un correo, lo leo cinco veces. Corrijo detalles mínimos, como si de eso dependiera todo.

Hago listas interminables: de compras, de pendientes, de pasos para cada cosa. Y cuando alguien rompe ese orden, me invade la angustia. Si alguien se retrasa, pienso en accidentes. Si algo no sale perfecto, siento que yo fallé.

Desde fuera parece responsabilidad, perfeccionismo, detalle. Pero por dentro es agotador. No es amor por el orden. Es miedo. Miedo a que si no controlo todo, algo terrible pase.

Y lo peor es que nunca es suficiente. Aunque revise, aunque organice, siempre aparece la duda: “¿y si olvidé algo?”. Es vivir en guardia permanente.

No entendía que ese perfeccionismo no era virtud, era ansiedad disfrazada. Y lo que parecía un rasgo de carácter era en realidad un síntoma que me estaba robando la tranquilidad.

📢 ¿También sientes que si no controlas todo, algo va a fallar?

Estaba en una cena rodeado de amigos. Todos reían, la comida estaba servida, la música sonaba. Yo debería estar feliz. P...
14/09/2025

Estaba en una cena rodeado de amigos. Todos reían, la comida estaba servida, la música sonaba. Yo debería estar feliz. Pero mi mente estaba en otro lado.

Pensaba en lo que tenía que hacer mañana. Dudaba si había apagado la luz de la cocina. Me preguntaba si lo que dije sonó mal. El momento se me escapaba, aunque estaba ahí físicamente.

Me pasa en muchos lugares: en un paseo, en una fiesta, incluso en vacaciones. Estoy en la playa y en lugar de mirar el mar, pienso en los correos que me esperan. Mi cuerpo descansa en la arena, pero mi cabeza nunca descansa conmigo.

Todos dicen: “disfruta, estás aquí”. Y yo lo intento, pero no sé cómo. Es como tener un ladrón dentro de mí que se lleva cada instante de paz.

No entendía que eso también era ansiedad. Creía que era mi carácter, que simplemente no sabía disfrutar. Pero descubrí que sí se puede aprender a estar presente, cuando la mente deja de estar atrapada en el miedo.

📢 ¿Te cuesta disfrutar aunque todo parezca estar bien?

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