02/03/2025
LIPEDEMA, ¿QUE ES? NO ES CELULITIS
El lipedema es una enfermedad crónica, rara y dolorosa que afecta principalmente a las mujeres, entre un 10-20% en edad adulta, con un componente hereditario. Se caracteriza por un desarrollo desproporcionado del tejido graso subcutáneo, que suele localizarse en las extremidades inferiores (muslos, piernas) y, en algunos casos, también en los brazos. Esta condición provoca una acumulación de grasa y agua en el tejido debido a un defecto en los vasos circulatorios, generando dolor y molestias.
A diferencia de otras condiciones como el linfedema, el lipedema no afecta las manos, los pies ni el tronco del cuerpo, lo que lo hace fácilmente diferenciable. Es diferente de la celulitis. Mientras que la celulitis es un problema estético relacionado con el tejido conectivo que causa los característicos hoyuelos en la piel (piel de naranja), el lipedema es una enfermedad que afecta el tejido graso subcutáneo y causa síntomas como dolor, hinchazón y deformidades en las extremidades.
Las mujeres que padecen lipedema suelen reportar una sensación de tensión interna, la aparición de nódulos palpables en la piel, piernas hinchadas y dolor a la presión. Estos síntomas tienden a empeorar con el calor, estar de pie o sentada por largos períodos y durante la noche. Otras señales son:
* Arañas vasculares y hematomas frecuentes
* Síndrome de piernas pesadas
* Deformidades en las piernas
* Artrosis precoz y reducción de la movilidad
Estas manifestaciones afectan tanto física como emocionalmente a las pacientes, quienes pueden sufrir aislamiento social o depresión debido al cambio estético y funcional de su figura.
No es infrecuente que las pacientes que padecen lipedema lleven años probando dietas, suplementos y dispositivos que prometen reducir el volumen de sus extremidades, mejorar su sobrepeso o el aspecto de su piel, siendo en el mejor de los casos los resultados pobres o pasajeros.
La explicación a esos fracasos es sencilla: El lipedema es una enfermedad crónica e inflamatoria del tejido graso, no se trata de un estado transitorio o dependiente de dietas ni ejercicio (de hecho hasta hoy en día la única forma efectiva de limitar la afección es mediante la liposucción asistida por chorro de agua – WAL).
Sin embargo, conocer la enfermedad más a fondo nos permite influir de alguna forma en esta patología para tratar de mantener los síntomas a raya: Primero, sin ninguna duda está el uso de la ropa compresiva. La terapia de compresión utiliza prendas específicas, como medias de compresión, mangas o vendas, que aplican presión a las áreas afectadas. Esta presión mejora la circulación y el drenaje linfático. La terapia descongestiva manual (DLM) consigue, mediante estimulación del drenaje linfático, descargar las extremidades del acúmulo de líquido estancado y mejorar los síntomas.
Dado que la patología del lipedema es inflamatoria deberemos centrarnos en combatir ésta de forma estable, duradera y natural con una alimentación equilibrada (por ejemplo una dieta RAD – dieta para enfermedades del tejido adiposo) y ejercicios que estimulen el buen drenaje linfático (Aquagym, Yoga o Nordic Walking) pero efectivamente podemos darle un “empujoncito” con ciertos suplementos nutricionales.
Éstos son algunos de los suplementos que puedes añadir a tu dieta habitual si padeces lipedema:
Cúrcuma: la cúrcuma contiene, además de múltiples vitaminas del grupo B y alto porcentaje de minerales como el magnesio, potasio, cobre y zinc, hasta un 10% de curcumina; una potente molécula que combate el estrés oxidativo y la inflamación y que le da el pigmento amarillo a esta raíz.
Bromelina: Facilita la digestión de las proteínas y disminuye el apetito, ejerciendo acción probiótica y antiácida. Además, mejora la circulación inhibiendo la formación de coágulos en los vasos sanguíneos. La enzima presente en la piña combate las prostaglandinas inflamatorias en tejidos blandos y musculares.
Magnesio: Su déficit se asocia a enfermedades crónicas, resistencia a la insulina y migrañas, pues interviene en numerosas reacciones bioquímicas del metabolismo. Contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular, promoviéndo la relajación y el control de estrés. También ayuda a regular la presión arterial.
Selenio: Este oligoelemento es necesario para la formación de proteínas antioxidantes que combaten el estrés oxidativo y es necesario para el buen funcionamiento de la glándula tiroidea. Es un oligoelemento que se encuentra principalmente en mariscos, huevos, nueces de Brasil, cereales integrales y piñones. Observad las cantidades diarias recomendadas.
Omega3: Los ácidos grasos omega 3 (presentes en pescados azules, nueces, lino y chía) deberían tener una proporción de 5:1 con los omega 6 (presentes en aceites de soja, maíz, girasol o cacahuete) para compensar los efectos inflamatorios de éstos últimos. Los omega3 activan unos receptores presentes en los macrófagos del tejido graso evitando que se liberen sustancias inflamatorias en el medio.
Nuestra dieta occidental tiene una proporción generalmente invertida de estos ácidos grasos, por lo que la inflamación crónica es relativamente frecuente. Si además le sumamos un exceso de tejido graso como en el caso del lipedema, la proporción de macrófagos proinflamatorios se multiplica. Solamente con suplementos de omega3 conseguiremos invertir esta proporción tan dañina resultante del estrés oxidativo.
Probióticos: Son bacterias y levaduras beneficiosas que mantienen la flora intestinal equilibradamente sana y estimulan el sistema inmune al reforzar la barrera intestinal. Además algunas cepas de lactobacilus y bífidus ayudan a disminuir las citoquinas proinflamatorias en el intestino.
Flavonoides: Los flavonoides protegen del daño de los oxidantes (radicales libres), como los rayos UV, la polución ambiental, colorantes y conservantes. Los flavonoides mejoran los síntomas de artritis, aumentan la actividad de la vitamina C y combaten la inflamación. Especialmente la hesperidina por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas y los taninos, que tienen propiedades astringentes, vasoconstrictoras y antiinflamatorias. Estos compuestos están presentes en frutas variadas, verduras de hoja verde… ¡Y también en el cacao!
Rusco: alivia los síntomas de la mala circulación venosa y capilar gracias principalmente a la rutina. Combate la sensación de piernas pesadas, sensación de calor e hinchazón.
Papaya fermentada: Previene la oxidación celular y los radicales libres. Además, esta sustancia aumenta el metabolismo celular promoviendo la actividad mitocondrial y aumentando así los niveles de energía. La papaya fermentada estimula también las defensas naturales mediante el incremento de los niveles de interferón y activando los linfocitos.
Extraido de artículos del
INSTITUTO DRA. ANA TORRES. BARCELONA
www.institutoanatorres.com