24/09/2024
La semana pasada me emocionaba muchísimo escuchando esto de Ella, una persona que lleva en proceso un tiempo y que no lo ha tenido fácil.
Ella ha sido una niña que siempre ha hecho lo que debía hacer, lo que sus padres le pedían, lo correcto. Una niña cargada de vergüenza y de exigencia.
Con mucho miedo a decepcionar a sus padres y a sus seres queridos. Una sensación que le ha acompañado hasta hace muy poquito, gracias a su valentía de empezar terapia.
Esta niña no ha podido conocerse, explorar ni diferenciarse. Por eso, sentía mucha confusión con su profesión, sus hobbies, sus deseos... No era capaz de verse, de VERSE, porque tampoco había encontrado esa mirada cuando era pequeña.
Pero había crecido y había conseguido tener un buen trabajo, y llegar a aquellas cosas que se esperaba de ella. Hasta que el cáncer también llegó.
Un cáncer de mama que rompió aún más su identidad y fragmentó su parte más femenina, su idea de maternidad, el dónde colocarse ahora en el mundo.
Llegó perdida, desubicada, descolocada, sin reconocerse. Sin saber qué quería y dónde quería colocarse.
De esto ha pasado un tiempo. Y está empezando a conocerse. A veces, coquetea con ella misma, se seduce, se gusta. Toma decisiones. Se empoderar y poco a poco...se está RECONOCIENDO.
UNA MUJER VALIENTE, eso sí sabe que forma parte de su identidad.
Un lujo acompañar estos procesos tan preciosos.
A veces, el cáncer trae oportunidades🫶