04/05/2025
VIAJANDO EN EL TIEMPO•
Llevo toda la semana escuchando el nuevo disco de Leiva, y aunque me parece todo el álbum una obra maestra, hay dos canciones que se han convertido en mis favoritas: “Nevermind” y “Cuarenta mil”.
Las escucho en bucle y siento algo que no puedo explicar fácilmente: como si me subiera a una máquina del tiempo y aterrizara en la España de los años 70.
Yo no había nacido aún, pero hay algo en esas canciones que me toca muy hondo.
Me transportan a mi infancia, a las tardes en casa de mis abuelos, cuando la vida era más lenta y más sencilla.
A esa televisión con mando redondo, donde ponían películas antiguas en blanco y negro, y sonaba de fondo Cecilia, Mari Trini o Nino Bravo.
Canciones que hablaban de amor, de libertad, de pérdidas. De cosas de verdad.
Y de repente, Leiva, con su magia, me devuelve a ese universo.
Hay algo en el ritmo, en la producción, en cómo canta casi susurrando, que me conecta con esa época: una España que despertaba poco a poco, entre batas de boatiné, radios de válvulas y bocadillos de pan con chocolate.
Me fascina esa estética setentera: los pantalones de campana, los flequillos espesos, las calles llenas de niños jugando, los coches con cenicero… y ese aire de inocencia (aunque todo estuviera por cambiar).
Era una época dura, sí, pero también menos ruidosa, menos hiperexigente, menos acelerada.
Y aquí me viene la reflexión:
Antes, a las mujeres se nos encorsetaba de otras formas (¡vaya si sí!), pero hoy, en nombre de la “libertad”, muchas veces vivimos atrapadas en jaulas invisibles: la perfección estética, la productividad constante, la autoexigencia sin tregua.
Hoy no basta con ser… hay que ser ideal. Bella, brillante, exitosa, delgada, simpática, buena madre, buena amante, buena profesional.
“El disfraz pesa más que la piel”, dice Leiva. Y cuánta razón.
“Nunca supe cuidar lo que no dolía”, canta también. Y me toca. Porque muchas veces cuidamos desde la herida. Desde la presión. Desde el miedo a no ser suficientes.
Cada época tiene su luz y su sombra. No idealizo el pasado, pero confieso que me encantaría colarme un ratito en esos años…
Gracias 🤎
Con amor, Mar ♡