03/03/2025
Uno de los lemas de nuestro centro de fisioterapia es que el dolor no cura. Y esto parece ir en contra de las creencias habituales: “si no te duele, no te está haciendo nada”, “este fisio es bueno, porque te da una paliza…”. Es muy frecuente en nuestra profesión que los pacientes durante el tratamiento digan “aprieta, que yo aguanto”. Pero, ¿se relaciona la efectividad del tratamiento con el dolor experimentado durante la sesión? La respuesta es no. ¿Por qué?
Habitualmente acudimos al fisioterapeuta porque sentimos algún dolor. Éste es uno de los signos de la presencia de inflamación en un tejido. La mayoría de los tratamientos que aplicamos están orientadas a disminuir la inflamación y el dolor, acelerando el mecanismo del cuerpo de auto-reparación.
Pero, ¿quiere esto decir que la fisioterapia no provoca dolor?
No. Desafortunadamente, dado que estamos tratando tejidos que están inflamados su manipulación puede provocar sensación de malestar. En ocasiones, es necesario emplear determinadas técnicas algo más molestas. Se realizan siempre dentro de un umbral (no se trata de llegar al umbral de tolerancia del dolor del paciente, que sería el equivalente a “aprieta más hasta donde aguante”). Por ejemplo, cuando desinfectamos una herida, aunque lo hagamos muy despacio y suavemente, como el tejido está dañado, nos resultará molesto.
¿Es normal sentir agujetas o molestias después de la sesión?
Sí. Una de las respuestas que pueden aparecer después del tratamiento es la sensación de agujetas. Suelen extenderse hasta las 24-48 horas de la sesión
Muchas veces nuestros pacientes nos confiesan que después de una sesión en la que se han usado técnicas respetuosas, al día siguiente han notado muchos cambios, y lo más importante, que ya no tienen ese dolor por el que acudieron a nuestro centro de fisioterapia, sin haber tenido que sufrir.
Así que, aprovechamos este post para recordaros que el dolor no cura.
¿LA FISIOTERAPIA TIENE QUE DOLER PARA CURAR?...No