24/03/2022
DESCUBRIENDO EL AJO
El ajo es una de las medicinas más antiguas que conocemos. En 1550 a.C. cuando los antibióticos y los productos de farmacia no estaban disponibles el ajo se utilizaba con fines medicinales en diferentes epidemias, como el tifus, la disentería, cólera e influenza.
El ajo se considera una especia funcional debido a su diversa gama de micronutrientes, fitoquímicos y fibra. Contiene altos niveles de potasio, fósforo, zinc y azufre, niveles moderados de selenio, calcio, magnesio, manganeso, hierro y niveles bajos de sodio, vitamina A y C y complejo B.
En los últimos años se ha prestado considerable atención a sus principales compuestos bioactivos, particularmente polifenoles, flavonoides, taninos, saponinas, polisacáridos, compuestos que contienen azufre (incluyendo la aliína y la alicina).
El mecanismo principal del ajo involucra una molécula llamada aliina. Cuando el ajo se altera físicamente al masticarlo, rebanarlo o triturarlo, libera un metabolito de aliina: la alicina. La alicina se convierte en una variedad de compuestos que contienen azufre soluble en grasa y agua. De hecho, estos compuestos son tan volátiles que emiten sulfuro de hidrógeno, que es parte de sus efectos reductores de la presión arterial, de su olor y su sabor inconfundibles.
Las vías terapéuticas a nivel biológico se basan en el sistema de señalización del sulfuro de hidrógeno y los efectos de los productos creados a partir de la aliinina.
Su uso en tu cocina cotidiana no solo dará un sabor exquisito a tus comidas, mejorará tu salud a largo plazo, todo son ventajas.
Un saludo y nos vemos pronto.