27/04/2025
DIASTASIS : ¡el problema oculto que nadie te dice!
Vientre que no vuelve plana después de dar a luz? ¿Luchas para estabilizar tu núcleo a pesar de los ejercicios? ¿Inexplicable dolor lumbar? ¡Puede que tengas diastasis del tracto abdominal!
¿QUE ES LA DIASTASI?
La diastasis del recto abdominal (DRAM) es la separación patológica de la línea blanca, la banda del tejido conectivo que conecta los dos rectos abdominales musculares. Ocurre cuando esta estructura se expande y se adelgaza, perdiendo su capacidad de mantener juntos los músculos abdominales.
¿El resultado? El núcleo pierde estabilidad, la presión intraabdominal altera y síntomas como: hinchazón persistente (incluso horas después de las comidas), sensación de "vacía" o "ceder" en el abdomen, dolor lumbar crónico de espalda, dificultad para controlar el suelo pélvico (incontinencia, prolapso) y disfunciones respiratorias (pérdida de sinergia del núcleo diafragma).
¿CÓMO SE FORMA LA DIASTASIS?
¡No es solo un problema post-embarazo! Los hombres y los atletas también pueden sufrir.
Las principales causas incluyen:
- embarazo y parto (especialmente múltiples, cesárea o macrosomía fetal).
- presión abdominal excesiva de ejercicios incorrectos como abdominales y tablas hechos sin activar la cruz.
- obesidad y aumento repentino de peso.
- equilibrio entre presión abdominal y fuerza del núcleo.
- levantamiento de pesas con una técnica incorrecta.
ADVERTENCIA: ¡No es sólo un problema estético!
La diastasis altera la mecánica de la columna vertebral y puede conducir a desequilibrios posturales.
¿CÓMO COMPROBAR SI TIENES DIASTASIS?
Acuéstate sobre tu espalda, dobla tus rodillas y coloca dos dedos sobre tu ombligo. Levanta la cabeza ligeramente y comprueba si tus dedos se hunden en la línea media. Si notas un hueco de más de 2.5 cm entre tu recto, ¡puedes tener diastasis!
Muchas personas hacen tablas y crujidos esperando "terminar" la diastasis, pero en realidad lo empeoran. Los ejercicios incorrectos aumentan la presión abdominal, ampliando la separación aún más. La clave es activar el suelo abdominal y pélvico, trabajando en la respiración diafragmática y el control de la profundidad.