26/09/2019
El masaje correcto… ¿duele?
A la mayoría de las personas, cuando se les habla de masajes, les vendrá a la cabeza imágenes de masajes relajantes, masajes de belleza, con aromas de aceites esenciales e incienso en una habitación alumbrada con velas, etc. Pero la verdad es que no todos los masajes son así.
Existen varios tipos de masajes y entre ellos podemos encontrar algunos cuyas técnicas no se basan en suaves movimientos manuales, incluso pueden provocar una sensación dolorosa cuando se aplican.
¿Es normal que duela un masaje?
dolor de espalda y dolor de cabeza pues no se puede contestar con un sí o un no rotundo. Depende mucho del tipo de masaje que se está realizando, del masajista y del umbral de dolor que tenga la persona.
A veces el dolor es necesario para localizar, por ejemplo, contracturas musculares y poder distinguir dónde hay que trabajar.
Una situación frecuente es la de la persona aquejada de dolor de cabeza, cuello y espalda. Pueda que busque un masaje relajante y pasar una hora agradable tumbado en la camilla. Sin embargo, habrá que analizar ese problema profundamente y para ello, será necesario explorar manualmente la zona hasta encontrar el punto más doloroso o punto gatillo. Esta actividad no resultará nada placentera para la persona, pero será totalmente necesaria para llegar al foco del problema.
localizacion del dolor aparte de las técnicas puramente exploratorias, tenemos las maniobras de trabajo, y es en este punto donde nos encontramos con la disyuntiva de trabajar superficialmente o en profundidad. En general, el trabajo profundo es mucho más efectivo en el ámbito de la relajación muscular, pero también, más doloroso para el usuario. El trabajo más superficial resulta más placentero y menos efectivo en la mayoría de los casos.
Como ya hemos comentado, existen múltiples circunstancias y situaciones diferentes en cada usuario y deberá ser el profesional quien, teniéndolas en cuenta, recomiende el mejor protocolo a utilizar, respetando siempre el umbral del dolor de la persona y, si fuera necesario, pactando el límite de la intensidad con la que aplicará las maniobras.