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¿Y por qué no quedar para escribir juntas?, ¿por qué seguir sosteniendo la idea de que la escritura es un acto necesaria...
14/12/2025

¿Y por qué no quedar para escribir juntas?, ¿por qué seguir sosteniendo la idea de que la escritura es un acto necesariamente íntimo y solitario, cuando muchas veces lo que más necesitamos es hacerlo en compañía, rodeadas de otras mujeres que también sienten el deseo de escribir, de comprenderse, de poner palabras ahí donde algo lleva tiempo pidiendo forma?

Escribir juntas para nutrirnos las unas de las otras, leer en voz alta textos de autoras que abrieron camino y también atrevernos a leer lo que vamos creando, incluso con miedo. Compartir camino, sostener procesos, inspirarnos, dejar que la creatividad se potencie a través de ejercicios cuidados y profundos, de la mano de una gran profesora de escritura, (mentira, la mejor profesora de escritura ) mientras la escritura se convierte también en un espacio para cicatrizar heridas, acompañadas por una psicóloga (he aquí yo), sin separar lo creativo de lo emocional.

¿Y si te digo que ese lugar ya existe? Se llama El Viaje y no puedo estar más emocionada con este espacio.

En serio, tengo muchas ganas de empezar El Viaje junto a vosotras. Despegamos el 8 de enero. ¡Gracias a todas las viajeras que os habéis unido!

Si quieres unirte, tienes el link en mi biografía ❤️‍🔥

Fotografía de

Hay una belleza y una valentía en escribir en primera persona que todavía no sé explicar del todo y aun así sigo intentá...
06/12/2025

Hay una belleza y una valentía en escribir en primera persona que todavía no sé explicar del todo y aun así sigo intentándolo, así que voy a hacerlo desde el único lugar desde el que sé hacerlo, escribiendo desde mi propia experiencia.

Cuando escribo desde mí no intento demostrar nada ni convertir mi historia en un ejemplo para nadie, simplemente dejo que una experiencia nacida en mi propio cuerpo encuentre su forma en palabras y, de un modo que nunca sé anticipar, a veces esa experiencia resuena en el cuerpo de quien me lee.

Y me conmueve, me conmueve mucho cómo lo íntimo puede dejar de ser un territorio cerrado y convertirse en un espacio donde otras se reconocen, porque lo que nos une no es lo que nos pasó o dejó de pasarnos, sino esa humanidad que aparece cuando alguien escribe lo que siente. Quizá por eso mis estanterías están llenas de libros escritos en primera persona, porque en esas vidas tan distintas a la mía encuentro habitaciones que también me pertenecen, espejos donde vuelvo a mí mientras buceo en otras historias, en otras vidas, en otras miradas, en otras maneras de compartir lo que duele, en otras preguntas, en otros silencios, en otras voces que, sin proponérselo, me devuelven a mí.

Sigo sin comprender del todo cómo algo escrito desde mi propio caos o desde una claridad fugaz puede ofrecer alivio a alguien que no conozco, y sin embargo sucede, y ese gesto me parece profundamente hermoso. Muy hermoso.

Tal vez por eso vuelvo siempre a esta forma de escribir, porque cuando hablo desde mí sin pretender ser ejemplar se abre un espacio donde otra persona puede respirar y reconocerse, y esa posibilidad tiene para mí un valor incalculable.

Y por ello he creado un espacio que llevo soñando desde hace mucho: El Viaje. Porque quiero que escribamos juntas. Que leamos juntas. Que compartamos nuestros escritos en un lugar seguro donde vernos unas en otras.

Y para que antes de decidirte puedas vivirlo en primera persona, el jueves 11 voy a ofrecer un encuentro gratuito junto a mi profesora de escritura, Mariana, de dos horas (mínimo). Déjame un mensaje aquí si quieres que te envíe la info.

Venteventeventeventevente, te va a encantar.

Escribo para no olvidar.Escribo para honrar mi dolor.Escribo para no dar por sentada la belleza, ni la vida, ni lo que a...
25/11/2025

Escribo para no olvidar.
Escribo para honrar mi dolor.
Escribo para no dar por sentada la belleza, ni la vida, ni lo que amo.

Escribo para ordenar mi caos interior.
Para comprenderme.
Para comprender el mundo.

Escribo para mí.
Escribo para otras.
Escribo para conectar contigo, mientras aprendo a quedarme conmigo.

Escribo para darle salida a emociones que no saben vivir en la boca, pero sí en el papel.
Para recordarme que mi viaje es único, hermoso, a pesar y gracias al dolor.
Para aprender a mirar ese dolor de una forma distinta a como me enseñaron.

Escribo para ser testigo de que todo pasa.
De que nada es fijo.
De que tampoco las épocas amables están garantizadas.

Escribo para nombrar lo que me emociona.
Lo que me asusta.
Lo que todavía me duele.

Y ahora, vamos a poder escribir juntas.

Gracias a todas las mujeres que ya os habéis sumado a El Viaje.

A las que vais a atreveros a escribir vuestra historia.
Para vosotras y también para todas las que escribirán después.

Empezamos el 8 de enero.
Y si quieres sumarte el link, lo encuentras donde siempre: en mi biografía.

Con cariño, Marta.

Escribo desde que tengo uso de razón. Creo que tenía unos ocho años cuando empecé con mi primer diario. Desde entonces n...
17/11/2025

Escribo desde que tengo uso de razón. Creo que tenía unos ocho años cuando empecé con mi primer diario. Desde entonces no he parado. Tengo decenas de cuadernos guardados en una maleta. Es pesada. Muy pesada.

De niña soñaba con ser poeta. Supongo que porque, al escribir, algo de mí se aligeraba. Era la única forma que tenía de entenderme, y yo quería compartir esa sensación con otras personas.

El otro día conté mis diarios: veintisiete. Todavía no he decidido qué hacer con ellos cuando muera. Es una de esas tareas pendientes que siempre dejo para más adelante. Como si el más adelante existiera. No sé si pedir que los quemen o dejárselos a mis sobrinas… por si algún día sienten curiosidad por conocer lo que me dolió.

El otro día pensé que, si alguien que no me conoce los leyera, quizá creería que mi vida fue dramática o pesada. Pero no. A ver, por supuesto: yo también tengo heridas. Heridas como las de cualquier mujer que se toma en serio esto de vivir. Pero la escritura siempre fue mi forma de sobrevivir. La manera de no dejarme caer del todo cuando la vida me empujaba.

Todo lo que me ha dolido lo he pasado a papel. Lo pequeño. Lo insoportable. Lo que pensé que no contaría jamás.Todo.

Y ahora quiero acompañarte a ti a hacer lo mismo: a escribir lo que pesa, lo que arde, lo que necesitas mirar con un poco más de humildad.

Y no lo harás sola. Lo haremos con Mariana, profesora de escritura creativa. Aprenderás muchísimo, te lo prometo. Y también sentirás muchísimo, te lo prometo. No importa si te sientes o no escritora. Lo único imprescindible es tener ganas de escribir. Y eso sí: no te aseguramos que al terminar El Viaje te hayas convertido en escritora.

Querida, te presento El Viaje. Un espacio para mujeres que quieran cicatrizar heridas escribiendo. Un espacio que llevo soñando desde hace mucho.

Si te resuena esta invitación házmelo saber y con gusto te comparto toda la información por privado.

Con cariño, Marta.

15/11/2025
Alma es mi bendición. Así lo sentí cuando llegó a casa, y así lo sigo sintiendo.El otro día una amiga me hizo unas fotos...
12/11/2025

Alma es mi bendición. Así lo sentí cuando llegó a casa, y así lo sigo sintiendo.

El otro día una amiga me hizo unas fotos con Alma, y justo coincidió que era el Día del Duelo Animal. Lo viví como un guiño hacia Dana. Como si, en mi forma de amar a Alma hoy, también siguiera encontrándome con ella. Cada día.

Hoy hablaba con las mujeres de El Último Lametón sobre que no existen formas correctas de vivir un duelo. Algunas sienten que no quieren compartir su vida con otro animal, porque necesitan centrar su energía en honrar la despedida. Y otras, en cambio, sentimos que compartir la vida con otro animal, mientras seguimos transitando el duelo, puede ser un apoyo muy importante.

No hay formas correctas ni incorrectas de vivir el duelo. Lo que a unas puede ayudarnos, a otras puede entorpecerles el camino.

El caso es que hoy me di cuenta de que tengo fotos de Dana por todos lados: en las habitaciones, sobre la chimenea, en el baño, en el despacho, en mi mesita de noche… y de Alma, ni una sola.

Curioso, ¿no? No me había dado cuenta hasta hoy. Quizá una parte de mí pensaba que Alma todavía no se había ganado ese espacio en casa. Absurdo, ¿verdad? No lo sé. Porque la amo con todo mi corazón. Y es una perra tan, tan increíble… Ojalá pudierais conocerla. Es cariñosa, confía en la vida a pesar de su historia difícil. Es listísima —de verdad, es una tía muy, muy lista— y divertida a más no poder. Creo que esta primera foto representa muy bien cómo me siento junto a ella.

Así que estos días imprimiré algunas de esas fotos y las pondré junto a las de Dana. Para recordarme que todo cabe. Que vida y muerte se dan la mano constantemente. Que nuestro amor es inmenso.

Y que los duelos, a veces, pueden ser una oportunidad para que ese amor se expanda y se multiplique.

Con cariño,
Marta

Fotografías de

Alma es mi bendición. Así lo sentí cuando llegó a casa, y así lo sigo sintiendo.El otro día una amiga me hizo unas fotos...
12/11/2025

Alma es mi bendición. Así lo sentí cuando llegó a casa, y así lo sigo sintiendo.

El otro día una amiga me hizo unas fotos con Alma, y justo coincidió que era el Día del Duelo Animal. Lo viví como un guiño hacia Dana. Como si, en mi forma de amar a Alma hoy, también siguiera encontrándome con ella. Cada día.

Hoy hablaba con las mujeres de El Último Lametón sobre que no existen formas correctas de vivir un duelo. Algunas sienten que no quieren compartir su vida con otro animal, porque necesitan centrar su energía en honrar la despedida. Y otras, en cambio, sentimos que compartir la vida con otro animal, mientras seguimos transitando el duelo, puede ser un apoyo muy importante.

No hay formas correctas ni incorrectas de vivir el duelo. Lo que a unas puede ayudarnos, a otras puede entorpecerles el camino.

El caso es que hoy me di cuenta de que tengo fotos de Dana por todos lados: en las habitaciones, sobre la chimenea, en el baño, en el despacho, en mi mesita de noche… y de Alma, ni una sola.

Curioso, ¿no? No me había dado cuenta hasta hoy. Quizá una parte de mí pensaba que Alma todavía no se había ganado ese espacio tan “importante”. Absurdo, ¿verdad? No lo sé. Porque la amo con todo mi corazón. Y es una perra tan, tan increíble… Ojalá pudierais conocerla. Es cariñosa, confía en la vida a pesar de su historia difícil. Es listísima —de verdad, es una tía muy, muy lista— y divertida a más no poder. Creo que esta primera foto representa muy bien cómo me siento cuando estoy junto a ella.

Así que estos días imprimiré algunas de esas fotos y las pondré junto a las de Dana. Para recordarme que todo cabe. Que visa y muerte se dan la mano constantemente. Que nuestro amor es inmenso.

Y que los duelos, a veces, son una oportunidad para que ese amor se expanda y se multiplique.

Con cariño,
Marta.

Estos días de retiro han sido retadores. Era la primera vez que guiaba un retiro donde las dinámicas no dependían de mí,...
10/11/2025

Estos días de retiro han sido retadores. Era la primera vez que guiaba un retiro donde las dinámicas no dependían de mí, sino de cómo el mar necesitaba sentirse.

Muchas cosas escapaban a nuestro control, y muchas de las que podían salir “mal”, salieron “mal”.

El primer día, mi compañera y amiga Lara —con quien organicé este retiro— tuvo que ausentarse porque su precioso hijo se puso malito. Mientras ella estaba en el hospital acompañándole, me tocó dar la noticia a las chicas: ese día no íbamos a bucear. Habían cerrado las playas de media Gran Canaria por contaminación marina. ¿Las probabilidades de que un millón y medio de lubinas murieran y declararan la situación de alerta? Imagino que muy pocas.

La otra mitad de la isla estaba brava, muy brava, y el mar nos invitó a no entrar. Así que adiós al buceo.

Mientras se lo contaba a las chicas, sentí cómo el corazón se me rompía un poquito. Me caían lágrimas, porque las ganas de sumergirme junto a ellas eran inmensas. Sentí rabia, tristeza y mucha, mucha pena.

Así que cambiamos los planes y nos sumergimos, pero de otra forma: en el mundo de la apnea, en una piscina de agua dulce. Quizá no sentimos las olas del océano en la piel, pero sí en el cuerpo, en forma de contracciones que nos hablaron de nuestra fortaleza y también de nuestra vulnerabilidad. Que, en realidad, son la misma cosa.

Al día siguiente, por fin pudimos ir a bucear. Pero no, no fue como imaginábamos. Fuimos a una piscina natural, esta vez con agua salada. Pocos metros de profundidad, pero suficientes para que mis queridas mujeres oceánicas pudieran sumergirse un poquito en el fascinante mundo del buceo.

Menos una de ellas, que justo antes de entrar se resbaló y acabó fracturándose la muñeca. Así que ese día también pasamos por el hospital. Y mi corazón volvió a romperse un poquito.

Podría seguir contándoos todo lo que no salió como esperábamos (porque hubo más), pero lo curioso es que ha sido uno de los retiros más ligeros que he sentido jamás.

SIGO EN COMENTARIOS

quizá nos estemos equivocando de dirección. y lo único que necesitamos es cuidar lo que importa,nutrir lo que más querem...
27/10/2025

quizá nos estemos equivocando de dirección.

y lo único que necesitamos es cuidar lo que importa,
nutrir lo que más queremos.

no crecer hacia arriba, sino hacia los lados.

no buscar el amor en lo más alto, sino en los brazos de quien ya nos quiere.

quizá crecer no sea alcanzar más cielo, sino habitar mejor la tierra.

no lo sé.

pero a veces pienso que quizá el verdadero crecimiento sea quedarnos donde el corazón late más despacio.

Está bien no poder empatizar. No siempre contamos con los recursos internos para hacerlo. La empatía no surge de manera ...
24/08/2025

Está bien no poder empatizar. No siempre contamos con los recursos internos para hacerlo. La empatía no surge de manera automática, sino que depende de nuestra historia, del estado emocional en que nos encontremos y de la capacidad de autorregularnos en ese instante. Fingir comprensión cuando no la sentimos no nos acerca, nos aleja. En cambio, reconocer con honestidad que no llegamos, que nos cuesta, que todavía no podemos, abre un terreno más real y humano.

Ser conscientes de esa limitación no es un fracaso, sino el inicio de un proceso: identificar lo que aún no está cultivado es ya preparar la tierra para que pueda crecer. La paciencia, en este sentido, es clave. No se trata de forzarnos a sentir lo que no sentimos, sino de respetar el tiempo necesario para que la empatía pueda madurar. Y es precisamente esa honestidad la que, paradójicamente, nos acerca más al otro que cualquier fingimiento.

Lo preocupante es que hoy abunden las publicaciones con frases prefabricadas sobre lo que “debemos decir” cuando alguien sufre, como si existiera un manual universal de respuestas. Repetir palabras que no sentimos no nos hace más empáticas, nos vuelve incoherentes. El otro percibe esa distancia, intuye que no hay verdad detrás del discurso, y eso puede herir más que el silencio. Quizá la verdadera empatía empieza ahí: en atrevernos a no repetir lo aprendido de memoria y sostener, aunque sea incómoda, la verdad de lo que sentimos y lo que todavía no sabemos dar.

Pues eso, ojalá no le des la espalda a tu sensibilidad 𓆑
26/07/2025

Pues eso, ojalá no le des la espalda a tu sensibilidad 𓆑

Joanna Macy ha mu**to. Y la Tierra lo sabe.El 19 de julio de 2025 dejó este mundo una de las pensadoras más profundas, c...
25/07/2025

Joanna Macy ha mu**to. Y la Tierra lo sabe.

El 19 de julio de 2025 dejó este mundo una de las pensadoras más profundas, coherentes y amorosas de nuestro tiempo. Una mujer que ha inspirado mi camino profesional y personal profundamente.

Filósofa, activista, escritora, budista, madre del Trabajo que reconecta. Joanna Macy fue, sobre todo, una mujer que sostuvo el dolor del mundo sin disociarse, sin adornarlo, sin convertirlo en mercancía. Una mujer que se atrevió a decir que sufrir por la Tierra es, en realidad, una expresión del vínculo más profundo que podemos tener con la vida. Y que lo verdaderamente loco sería, no sufrir por ella.

Nos enseñó a desobedecer el mandato de la anestesia. A dejar de vivir con el corazón blindado. A comprender que no hay transformación posible sin contacto con el sufrimiento. Que el dolor, cuando se acoge en comunidad, cuando se nombra, cuando se ritualiza, deja de ser carga individual y se convierte en combustible colectivo.

Gracias a ella, la palabra “esperanza” dejó de ser promesa ingenua y pasó a ser una elección activa: la decisión diaria de actuar en favor de lo que aún puede florecer. Incluso cuando no sabemos si florecerá. Incluso cuando no estaremos aquí para verlo.

Quienes trabajan por el bien común, quienes lloran al ver una especie extinguirse, quienes cuidan un huerto en medio del asfalto o sostienen un duelo que no es suyo, están, aunque no lo sepan, haciendo resonar su legado.

Gracias Joanna, descansa en paz en la Tierra que tanto amaste, amas y amarás. Nosotras, seguiremos poniendo nuestra sensibilidad al servicio del mundo, en parte, gracias a ti.

Dirección

Calle La Menta, 23, Cuida't
Barcelona
08950

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