01/05/2025
Una silla alejada de las demás, es la silla que siempre escogen los que tienen alguna dificultad para relacionarse. No es una elección desde "quiero estar un rato a solas", no tiene que ver con un sano deseo de "estar con uno mismo".
Tener dificultades para relacionarse, nos puede empujar a esa silla aislada como la única forma de protegernos, de no salir herido en las interacciones ya sea por exceso de sensibilidad, inseguridades, emociones heridas del pasado, miedos o incapacidad de poner límites con asertividad.
Por más que nuestro interior anhele "pasar página" y saberse relacionar, la realidad es que no saber cómo hacerlo nos empuja a ese rincón, a esa espacio libre de gente, donde no hay peligro, pero sí soledad.
Si ya no quieres acabar siempre ahí, hay un trabajo de crecimiento personal que puedes hacer para dejar atrás la sensación de peligro social, y empezar a sentir seguridad en el afecto.
Pide una entrevista para conocer los detalles.