16/04/2025
Nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra historia…
..todo ha sido formado en relación. Y también en relación podemos sanar.
Desde bebés, regulamos nuestro sistema nervioso a través de otros: miradas, gestos, voces que nos calman. Y aunque aprendamos con el tiempo a darnos sostén interno —autoapoyo—, seguimos necesitando esos vínculos seguros que nos ayuden a volver al centro cuando el mundo interno o externo se sacude. 🌿
Un vínculo sano puede ser medicina:
💬 Una palabra que acompaña.
🤲 Un abrazo que no pide nada.
👁 Una presencia que ve sin juzgar.
Sanar es un camino de doble vía: aprender a sostenernos, sí, pero también permitirnos ser sostenidos.
No estamos hechos para hacerlo todo solas.
Nuestro sistema nervioso florece en compañía segura. Y cada vínculo sano es un recordatorio: no estás sola, estás acompañada en tu proceso.
En ciertos momentos, la terapia puede convertirse en uno de esos vínculos esenciales.
No como una dependencia, sino como un espacio donde experimentar otra forma de estar con uno mismo: con sostén, con presencia, con permiso para sentir.
Porque cuando alguien nos acompaña de forma segura, nuestro sistema nervioso lo registra, lo aprende… y poco a poco, lo integra.
🌱 Sanar no es dejar de necesitar. Es permitirnos necesitar con conciencia.
Es saber pedir apoyo, y saber recibirlo.
Es reconocer que no estamos rotas, solo necesitamos sostén.
La sanación ocurre en el vínculo. Y eso también es fuerza.