15/05/2025
Hoy, en el Día Mundial del Arte, celebramos el nacimiento de Leonardo da Vinci, un hombre cuya curiosidad desbordante y mente inventiva rompieron los límites de su tiempo. Sus estudios anatómicos no solo sirvieron a la ciencia, sino que revelaron una forma completamente nueva de mirar el cuerpo humano: precisa, funcional, y estética.
En cirugía laparoscópica, esa misma mirada innovadora sigue viva; como da Vinci, el cirujano laparoscópico se enfrenta a un espacio oculto, que debe explorar con precisión, intuición y tecnología. Así como Leonardo diseñaba mecanismos y herramientas adelantados a su época, hoy nosotros trabajamos con instrumental mínimamente invasivo, cámaras de alta definición, e incluso plataformas robóticas que nos permiten operar con la delicadeza de un pincel.
La laparoscopia no es solo una técnica quirúrgica: es una forma de pensar. Requiere inventiva, adaptación constante y una visión tridimensional del cuerpo que da Vinci ya anticipaba con sus ilustraciones y máquinas. Él no se conformaba con lo evidente. Nosotros tampoco.
Porque innovar en cirugía es honrar su legado: ver más allá de lo visible, y hacer del conocimiento una obra de precisión.