14/02/2025
Más a menudo de lo que nos gustaría, ocurre la siguiente escena: en el metro, en la cola de algún sitio, en salas de espera… Un adulto acompañado de un niño, demasiado pequeño aún para tener un teléfono móvil. Y, sin embargo, el adulto está ensimismado y absorbido por esa pequeña pantalla durante demasiado tiempo, mientras el niño mira a la nada, se pierde en sus pensamientos, o lo que es peor, intenta interactuar con ese adulto que va con él, haciéndole alguna pregunta o comentario, y obteniendo una nula respuesta 😐
Vamos, como hablar con una pared.
Esto, tristemente, es bastante común. Todos los adultos podemos caer alguna vez, y de hecho, para muchas personas, el móvil es también una herramienta de trabajo, así que a veces puede ser complicado "separarse" de él.
Pero ¿somos realmente conscientes de lo que significa para ellos?
Muchas veces, el mensaje que recibe su mente en estas situaciones es clarísimo:
"Tú no eres tan importante como este aparato."
Para ellos, debe haber algo increíblemente fascinante en esas pantallas si sus figuras de referencia las priorizan por encima de una conversación, una mirada o una respuesta. Debe haber algo tan bueno y tan positivo en los teléfonos, que eso sea capaz de crear una adicción en el futuro ⚠️
Y así, aprenden:
Que TODO está en el teléfono.
Que el móvil es lo más importante en la vida.
Que ellos no lo son tanto.
Seamos más conscientes. Son niños, vamos a darles el ejemplo y los valores que se merecen 💙🙂