21/11/2025
La mente perfeccionista es agotadora, porque te pide constantemente hacer cosas el máximo de bien y tomar decisiones óptimas.
¿Y qué pasa? Que entonces postergamos tareas, decisiones… aun siendo “pequeñas”, porque para no hacerlo de 10, no lo hago. Y con eso, se va haciendo una montaña de cosas y el malestar llama a la puerta. Por no hablar por supuesto del eterno “nada es suficiente”.
Por ello, lo mismo podemos mandar a la exigencia a paseo. Y recordarnos que no hace falta hacerlo perfecto, diga lo que diga la frustración, sino que basta con ir haciéndolo. Igual que tantísimas veces no se trata de tomar LA decisión. Si no de ir tomando pequeñas decisiones.
Y de relajarse un poquito más en general… que sí, sí es suficiente. Para qué complicarnos… vamos tirando y vamos haciendo, ¡que no es poco!