18/11/2025
El patrón de exigencia en la práctica de Vinyasa Yoga puede observarse desde varios niveles: físico, mental y emocional. Aquí te explico cómo se manifiesta y cómo reconocerlo en la práctica:
🧘♀️ 1. En el cuerpo
Tendencia al sobreesfuerzo: Practicantes con un patrón de exigencia suelen empujar más allá de sus límites, buscando “hacer bien” las posturas o imitar un ideal estético.
Rigidez o tensión excesiva: Aunque la práctica sea fluida, el cuerpo se siente contraído, sin espacio para el disfrute o la respiración amplia.
Pérdida del ritmo interno: Se fuerza el movimiento al ritmo externo (del profesor, de la música), sin escuchar las propias sensaciones.
🧠 2. En la mente
Comparación constante: “Los demás lo hacen mejor”, “yo debería poder”.
Necesidad de control: En lugar de fluir con la secuencia, se intenta anticipar lo que viene, buscando hacerlo “perfecto”.
Crítica interna: Después de la práctica, aparece el juicio: “no me salió”, “me faltó fuerza”, “no avancé”.
💓 3. En la respiración y la energía
La respiración se acorta o se agita, especialmente en transiciones o posturas retadoras.
Se pierde la conexión con el flujo (el vinyasa krama), y la práctica deja de ser meditativa.
A menudo, el cansancio o la frustración aparecen al final, en lugar de una sensación de calma y vitalidad.
---
🌬️ 4. Cómo equilibrarlo
Recordar la intención: Practicar para sentir, no para lograr.
Usar la respiración como guía: Si se pierde la suavidad del ujjayi, probablemente también se está forzando.
Introducir pausas conscientes: Momentos de quietud o posturas restaurativas entre secuencias.
Cultivar la autoobservación compasiva: Notar el impulso de exigencia sin juzgarlo, y suavizarlo.