17/09/2024
‼️ LA PRIORIDAD EN EL DIVORCIO
UNA PARTICIPANTE: 𝙌𝙪é 𝙤𝙘𝙪𝙧𝙧𝙚 𝙘𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙪𝙣𝙤𝙨 𝙥𝙖𝙙𝙧𝙚𝙨 𝙨𝙚 𝙨𝙚𝙥𝙖𝙧𝙖𝙣 𝙮 𝙡𝙤𝙨 𝙝𝙞𝙟𝙤𝙨 𝙥𝙧𝙚𝙜𝙪𝙣𝙩𝙖𝙣: «¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙤𝙨 𝙨𝙚𝙥𝙖𝙧á𝙞𝙨?»
HELLINGER: Se les dice: «Eso no es asunto vuestro. Nos separamos, pero seguimos siendo padre y madre para vosotros.»
No es la relación entre padres e hijos la que se divorcia. Pero
frecuentemente, en un divorcio, los hijos son adjudicados a uno de los cónyuges, con lo cual, implícitamente, se le retiran al otro. Sin embargo, no es posible quitarles los hijos a los padres. Éstos conservan todos sus derechos y todas sus obligaciones, también después del divorcio. Es tan sólo la pareja la que se separa.
Tampoco hay que preguntarles a los hijos con quién quieren ir. De lo contrario, ellos se encuentran en la situación de tener que decidirse entre sus padres, a favor de uno y en contra del otro. No es lícito exigirles eso. Los padres aclaran entre ellos dónde irán los hijos y después se lo dicen. Aunque los hijos protesten, se encuentran interiormente libres y contentos de no tener que
decidirse entre los padres.
PARTICIPANTE: ¿Acaso no hay también muchos padres que intentan justificarse ante los hijos contándoles lo que no fue bien entre ellos como pareja?
HELLINGER: Tenéis que partir de la base de que en la mayoría de los casos las separaciones se dan sin que haya culpa alguna por ninguna parte; por regla general, son inevitables. El que busca culpables o culpas, bien en sí mismo, bien en el otro, se niega a afrontar lo ineludible. Implícitamente se hace ver que habría podido llegarse a otra solución, si tan sólo... Pero eso no es cierto.
Las separaciones son el resultado de implicaciones sistémicas; cada uno de los cónyuges se encuentra involucrado de una manera especial. Por tanto, yo como terapeuta no miro nunca quién o qué podría tener la culpa.
Les digo:
«Vuestra relación se acabó, y ahora afrontad el dolor de que todo terminó, aunque en un principio teníais las mejores intenciones.»
Si realmente afrontan el dolor, pueden separarse en paz y arreglar tranquilamente los asuntos pendientes. Después, cada uno de ellos está libre para el futuro. Este es mi proceder, que alivia a todos los afectados.
PARTICIPANTE: Colaboré en un estudio sobre las consecuencias del divorcio para los hijos, y me interesaría conocer tu opinión al respecto. Siempre que las parejas informaban a los hijos de que tenían la intención de divorciarse, el primer impulso de los niños era pensar que ellos habían hecho algo mal y que los padres querían divorciarse por ese motivo.
HELLINGER: Siempre que algo no funciona bien entre los padres, los hijos buscan la culpa en ellos mismos. Prefieren tener la culpa ellos en lugar de atribuírsela a sus padres.
Por tanto, es un gran alivio para los hijos si los padres les dicen:
«Nosotros, como pareja, hemos decidido separarnos; pero seguimos siendo vuestros padres, y vosotros seguís siendo nuestros hijos queridos.»
PARTICIPANTE: Yo puedo aceptar este planteamiento. Pero muchas veces he tenido que ver cómo los hijos cuestionaban estas palabras porque al mismo tiempo veían la gran desilusión de sus padres. ¿Qué puedo hacer en un caso así?
HELLINGER: Ya te he dado la solución. Sin embargo, aún hay otro aspecto importante en un divorcio: DESPUÉS DEL DIVORCIO, LOS HIJOS DEBEN IR CON AQUÉL DE LOS PADRES QUE MÁS RESPETA al otro cónyuge en los hijos.
Por regla general, éste es el marido. El hombre tiende más a respetar a la mujer en los hijos, y no a la inversa. No sé por qué es así, pero se puede ver. Al asesorar a una pareja que desea divorciarse, hay que decirles que, para el bien de sus hijos, lo mejor es que cada uno de ellos continúe en los hijos el amor original al otro cónyuge, tal como fue en un principio e independientemente de lo que resultó más adelante.
Es decir, se vuelve al principio, a los tiempos más entrañables para la mayoría de las parejas. Recordando estos sentimientos entrañables pueden mirar a sus hijos, incluso después del divorcio.
>>Bert Hellinger. Creador de las Constelaciones Familiares.
www.carmenluzon.es
Carmen Luzón Alfonso - Psicóloga