
30/08/2025
¿Cómo liberarse de la culpa?
Para sanar la culpa necesitas volver, con la mente y el corazón, a un instante del pasado. Imagina, por ejemplo, cuando tu padre te reprendía porque habías dicho algo que no quería escuchar. Quédate en esa escena hasta que las emociones comiencen a surgir: miedo, sorpresa, tristeza, rabia, vergüenza… ellas son la clave. Son el hilo que conecta tu reacción de entonces con lo que sentías en lo más profundo.
Cuando las reconoces, empiezas a comprenderte: entiendes por qué reaccionaste de aquella manera. Esa comprensión trae consigo compasión hacia ti mismo, porque descubres que no podías hacerlo mejor en aquel momento. Tu edad, tu fragilidad y tu falta de recursos no te daban otra opción. Y esa verdad trae paz.
Una vez alcanzado ese punto, puedes ir más allá. Con visualizaciones repetidas, para afianzar lo que sientes, te das el permiso de cambiar la escena. Te imaginas respondiendo de otra manera, pero ahora desde tu yo adulto, con la fuerza y la conciencia que antes no tenías. Ese cambio simbólico te libera de la parálisis de la culpa.
Este ejercicio no es un simple recuerdo: es un trabajo mental y emocional que puedes repetir siempre que lo necesites, trayendo claridad a tu presente y devolviéndote poco a poco la libertad interior.