
08/05/2025
Estoy tremendamente cansada
de que a cada paso que damos,
a cada sitio que miremos,
algún contenido nos recuerde
que por ser mujeres somos víctimas,
que no dejen de recordarnos
cómo nos violaron,
nos silenciaron,
nos señalaron,
nos encerraron,
nos culparon
y nos dañaron.
Estoy cansada de que
a cada paso que damos
alguien nos diga que aún
queda mucho por sanar,
por limpiar, por reconocer y recorrer.
Estoy jodidamente cansada
de que no nos dejen mirar
hacia el futuro con optimismo
y no paren de recordarnos
lo mal que está este mundo.
Estoy harta de que la alternativa a ser una víctima sea ser una diosa poderosa.
De que me digan lo que debo desear y a lo que debo aspirar.
De tener que hacerlo todo mucho más complicado de lo que en realidad es.
¡De que todo
absolutamente todo,
sea perjudicial o nocivo!
Quiero que me dejen simplemente ser mujer,
estar feliz por todo y por nada,
saber que la vida es intrínsecamente buena,
soñar con besos y caricias,
mojar los pies en un arroyo,
beberme un vino (o dos) simplemente porque sí,
porque me da la gana.