
24/09/2025
“Hay cambio, no hay crisis. Cuando no cambias, entras en crisis.”
El cambio es la esencia de la vida.
Todo en la naturaleza se transforma: las estaciones, la respiración, el latido, el agua que fluye. Cuando fluimos con ese movimiento, aunque haya incertidumbre, no vivimos una crisis, sino una transición. El cambio nos abre puertas, nos obliga a soltar pieles viejas y nos invita a crecer.
En cambio, cuando nos resistimos, cuando nos aferramos a lo conocido por miedo a lo desconocido, aparece la verdadera crisis. La energía se estanca, la mente se rigidiza, el cuerpo se tensiona. La vida sigue moviéndose, pero nosotros nos quedamos fijos. Esa fricción interna es lo que sentimos como dolor, caos o pérdida de sentido.
Aceptar el cambio es confiar en que detrás de cada transformación hay un aprendizaje y una oportunidad. No significa que no haya desafíos, sino que comprendemos que lo que parece crisis no es un enemigo, sino un empuje hacia una nueva versión de nosotros mismos.