11/09/2024
"Un toque de nerviosismo agudiza la mente, hace que la adrenalina fluya y te ayude a concentrarte" Richard Branson
El término “nerviosismo” es muy diverso ya que abarca tanto aspectos psicológicos como biológicos. En su uso más coloquial se asocia a un estado emocional, pero etimológicamente nos lleva directamente al sistema nervioso, una parte fundamental de nuestra biología.
Cuando decimos estar “nervios@s” aludimos a una respuesta emocional a una situación que nos desafía. Esta respuesta se manifiesta, en general, en forma de agitación o inquietud, y es un fenómeno natural en la experiencia humana, es un mecanismo básico de supervivencia ante una situación de riesgo: el cerebro interpreta esas circunstancias y desencadena respuestas físicas (tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco, liberación de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina…) y también emocionales (estrés, miedo, alerta...)
En ocasiones el nerviosismo es agradable, incluso conveniente, y se manifiesta con emociones favorables: alegría, optimismo, excitación…
Es importante disponer de un adecuado “vocabulario emocional”, es decir, palabras para poder nombrar las emociones que sentimos.
Esta habilidad, y decimos habilidad ya que puede adquirirse y entrenarse, puede ser de gran ayuda para hacer una gestión saludable de nuestras emociones. Saber cómo se llama lo que sentimos es el primer paso para un afrontamiento más operativo de nuestro estado emocional.