04/11/2025
Sabemos que el tiene muchas caras: desgaste de los telómeros, inestabilidad del , senescencia celular, problemas en la regeneración de tejidos o cambios en la intestinal. Todos estos factores se relacionan entre sí y, en muchos casos, la inflamación crónica está en el centro de esa red.
Cuando la inflamación no se apaga del todo y se vuelve persistente, puede:
1️⃣ Acelerar el desgaste de los telómeros, ya que los marcadores de inflamación TNF e IL-6 inhiben la acción de la telomerasa, la enzima que ayuda a que nuestras células se dividan correctamente2.
2️⃣ Favorecer la producción de radicales libres, dañando directamente al ADN y otras moléculas vitales.
3️⃣ Alterar la autofagia, un mecanismo de limpieza celular clave que se ve afectado en enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson.
4️⃣ Aumentar la acumulación de células senescentes, que dejan de cumplir su función y perjudican al tejido que las rodea.
5️⃣ Modificar la microbiota intestinal y oral, promoviendo desequilibrios que se han asociado a la acumulación de proteínas dañinas en el cerebro, como la proteína B-amiloide.
En resumen: la crónica no solo nos hace sentir cansados, también puede marcar el ritmo de nuestro envejecimiento ⬇️
https://eu1.hubs.ly/H0nRssH0