25/04/2024
Entras en los 40 y algo cambia. De repente, te sientes cansada, irascible, alterada sin motivo, no duermes como antes, la piel se escama, tu cuerpo cambia...
Ya no tienes energía como antes, ahora, levantarte a las 6 y empezar el día se convierte en una auténtica tortura. Por no hablar de la cervecita o la copita de vino... Madre, qué mareo... ¿Qué pasa?
Tu pareja empieza a caerte mal, sientes que tienes menos paciencia, y discutís a todas horas, o muchas cosas te molestan que antes pasabas por alto.
Los niños, si los tienes, te desquician. Y luego te descubres llorando por las esquinas... Pero _what the hell_ !?
Sientes mucha ansiedad, por todo, como que tu tolerancia a la incomodidad ha bajado, y no sabes bien qué hacer...
Te sientes hinchada, no digieres igual los alimentos... ¡sales a cenar y te tiras dos días con ardor!
Te pica el cuerpo, ¡te han vuelto a salir granos! La piel se resiente, tu olor cambia...
Notas fatiga, antes que antes... De repente, el gimnasio tampoco hace el mismo efecto. Es como que tu cuerpo va a su rollo, por un lado y tú por otro... Y tu cabeza... De eso ni hablemos...
¿Recuerdas tu adolescencia? Si no la recuerdas, ¡ahora vas a tener otra oportunidad! 🤣
Porque a mí me gusta explorar esta nueva etapa en la vida de la mujer como eso, como lo que es, una etapa, igual que lo fue la adolescencia, en la que hay una serie de cambios hormonales y fisiológicos que explican los cambios por los que estás pasando.
Y no, no estás enferma. Y no, no está en tu cabeza. Y no, no hay que avergonzarse. Y, por supuestísimo que no, no estás sola.
Si has entrado en los 40 y ya empiezas a notar algunas de estas cosas, sígueme.
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*Spoiler:* no lo vas a hacer sola 🤩
¡Nos seguimos leyendo!