23/09/2025
Aquí te dejamos unos consejos prácticos para mejorar tu calidad de vida.
🔹Muévete: Evita el sedentarismo, sobretodo si tu trabajo implica estar sentado todo el día. Ve andando o en bici al trabajo o a por el pan, sube y baja escaleras en lugar de utilizar el ascensor... Son pequeños gestos que te harán mantenerte activo en tu día a día.
🔹Come Sano: Sano y nutritivo, una buena alimentación es la base fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. No se trata solo de tener un peso saludable, si no de evitar posibles problemas de salud como diabetes, gastritis, colon irritable, estreñimiento gases...
🔹Sueño reparador: No basta con dormir 8 horas, esas ocho horas deben ser reparadoras, un sueño con el que descanses y que sea de calidad. La fatiga acumulada por la falta de sueño puede hacer que baje tu rendimiento laboral, la concentración, te sientas más irritable o nervioso, disminuir el rendimiento deportivo o incluso hacer que aparezcan cefaleas.
🔹Mantener una buen higiene postural: es básico para prevenir lesiones desde la infancia. Una mochila bien ajustada y con el peso repartido adecuadamente, sentarse bien en la silla, doblar las rodillas al coger peso... todo ello nos ayudará a evitar futuros problemas de espalda o en las articulaciones.
🔹Gestionar el estrés: Primordial ya que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida. Un estrés crónico puede generar dolores musculares e intensificar otras patologías.
🔹Evita el bruxismo: directamente relacionado con el punto anterior, ya que el estrés puede hacer que aprietes la mandíbula. El bruxismo puede provocar problemas en la musculatura del cuello, de la zona mandibular y tensiones craneales favoreciendo la aparición de cefaleas a parte de desgastar las piezas dentales.
🔹Disminuye el uso de pantallas: Sobretodo antes de dormir para evitar que alteren el ciclo del sueño, pero además el uso prolongado de pantallas y su mal posicionamiento nos puede provocar dolores cervicales o problemas en las articulaciones del pulgar o muñecas.
Como ves son pequeños cambios, algunos más fáciles que otros, que puedes ir integrando en tu día a día de manera progresiva.