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08/03/2025
Memorias sobre el Workshop "Marta Coelho", Bursins [Suiza]
En mi exposición, quise acercar algunas pinceladas sobre los dolores físicos, que, en forma de tensiones musculares e inflamaciones óseas, tienen su origen en emociones no gestionadas o traumas almacenados, incluso desde la infancia.
Hoy quiero compartir un breve resumen de aquello que me parece más impactante y que podría traeros mayor conciencia sobre la realidad del día de hoy:
Tus pensamientos crean emociones y tus emociones determinan tus acciones. Para que esto resulte en equilibrio, debemos trabajar el ABC de forma consciente. Este sistema cognitivo fue diseñado por el doctor Albert Ellis en 1960. Es una forma de aprender a analizar nuestras emociones y comportamientos, permitiéndonos vivir con tranquilidad y actuar mejor.
Si acumulamos un exceso de pensamientos negativos, elevamos los niveles de cortisol, lo que acaba repercutiendo directamente en el sueño, el metabolismo, la inmunidad, entre otros aspectos. De ahí la necesidad de no sentirnos abrumados por todo lo que nos rodea. Necesitamos canalizar nuestros pensamientos, enfocando la mente hacia el bienestar, lo cual trae consigo movimiento, una alimentación saludable y un descanso óptimo.
Lo más impactante es que, curiosamente, la mente trae a nuestro consciente, de manera casi inmediata y mucho más fácil, pensamientos negativos. Esto hace difícil la tarea de generar pensamientos positivos de forma constante. Claro que no es fácil… ¿Por qué? Porque el pensamiento positivo es como un sendero que no se transita todos los días. Imagina por un momento que tenemos una casita con comunicación hacia un lago. Un día decido trazar una línea que será el camino entre ambos puntos. Pero me doy cuenta de que, si no lo transito, no lo limpio, ni lo cuido a diario, el camino acaba llenándose de hierbas y maleza, y se vuelve invisible. Es un sacrificio transitarlo todos los días, pero si focalizamos en el objetivo, nos damos cuenta de que esta es la única forma de que la comunicación entre la casa y el lago sea posible y duradera. Lo mismo ocurre con la conversión al modo de pensar en positivo. El primer intento cuesta, el segundo también, quizás el tercero… pero una vez que tomamos conciencia, será una parte de nuestra vida y un equilibrio irrompible entre el cuerpo y la mente de forma saludable.
Debemos entender como pensamiento negativo todo aquello que perturba el orden y el equilibrio. Estar en una oficina y, al mismo tiempo, pensar en que debemos ir al supermercado, recoger al niño en el colegio, llevarlo a las actividades extracurriculares, hacer la comida, etc., también perturba el ritmo normal que debería ocurrir en ese momento: estar en el trabajo y enfocarnos en ello. ¡NO PODEMOS PRETENDER TENER TODO BAJO CONTROL! El cuerpo pagará la factura de todo esto. Debemos aprender a enfocar la mente en el presente, reducir el ruido mental y encontrar la calma. Es necesario soltar todos los pensamientos que generan principalmente estrés y ansiedad.
Hay algo que me llama considerablemente la atención, y es un anuncio que vi hace poco. ¿Sabías que un pensamiento negativo tiene una potencia que, en muchos casos, se asemeja a la explosión de tres bombas nucleares al mismo tiempo? La mente subconsciente es como un piloto automático; si no la reprogramamos, siempre nos llevará al mismo lugar una y otra vez, del mismo modo que un GPS que no se actualiza automáticamente y marca la misma ruta, sin tener en cuenta obras, señales de prohibido, ni modificaciones en el callejero. Esto nos atraparía en muchas calles sin salida, al igual que podemos sentirnos atrapados por rutinas tóxicas a las que siempre respondemos. "¡Mañana cambio!", pero nunca pasa… porque nuestra mente sigue generando excusas, dudas y miedos, lo que se convierte en ansiedad, tristeza, frustración, y finalmente nos paraliza o nos bloquea con tensiones, enfermedades inflamatorias, problemas digestivos, hepáticos, renales, o incluso uterinos. Estas disfunciones orgánicas, que se pueden secuenciar en el tiempo, no son casualidad; a veces se proyectan como dolores musculares. Esa inflamación del tejido, sin una lesión local, es el modo en que el cuerpo se manifiesta y da señales. Así, el paciente toma conciencia.
LO QUE HOY PENSAMOS, IMPACTA EN LA SALUD DEL MAÑANA.
Por eso, nuestras dolencias físicas de hoy pueden ser proyecciones de emociones reprimidas y traumas del pasado no resueltos, en muchos casos, en nuestra propia infancia y se albergan perturbando el flujo de energia vital.
Por ello, tómate tu tiempo, mira hacia adentro y pregúntale a tu cuerpo: ¿Qué me quieres traer con esta manifestación hoy? ¿Qué respuestas?
PD: Dejo el video que refleja imágenes que focalizan el dolor en diferentes puntos, asociándolos a emociones no gestionadas.
PD:Os puede servir de guia cuando no hay un diagnostico firme sobre vuestros sintomas recurrentes en sí y cuando ningun tratamiento surte efecto. Quiza el CAMBIO y la propia CURA [solucion] empieza en TI.