24/01/2022
Dar y recibir masajes me enseñó a navegar por el lenguaje silencioso de los cuerpos. Con el tiempo aprendí que no puedo tocar sin ser tocada a la vez, a ser compasiva con las durezas de otros, y verme a mí misma en ese espejo. Fui entendiendo que el relajarse es un ejercicio que se practica, que la confianza es algo que se construye. Y que nadie sana a nadie, lo que cura es la presencia.