La Psicoterapia pretende guiar al paciente en el proceso hacia su propio bienestar desde el conocimiento de sí mismo. En nuestro día a día solemos estar manejando algunas dificultades que pueden alterar nuestro equilibrio psíquico, o bien percibir una sensación de malestar e insatisfacción persistente, sin ser capaces de relacionarlo con la causa que lo está motivando. El ritmo de vida que se impone en nuestra sociedad con frecuencia impide la consideración de lo que no marcha bien. Posponer lo que nos resulta conflictivo puede ir generando un malestar que devenga en una crisis que afecte tanto al que la sufre como a su entorno. Cada vez es más frecuente oír hablar de ansiedad, estrés, depresión, alteraciones en el sueño, crisis conyugales o de identidad, baja autoestima, sentimientos de soledad, pérdida de control, dificultades con el manejo del tiempo, la autoridad o las relaciones… Algunas personas se acostumbran a vivir con estos problemas, considerándolos como algo inevitable que forma parte de sus vidas. El posicionamiento frente a tales dificultades podría mejorar si utilizamos nuevas estrategias que nos ayuden a resolver o enfrentar los conflictos que las originan. Lo más probable es que solos hayamos intentado solucionar nuestros problemas de forma convencional: consultando a amigos, familiares o la propia pareja, pero en ocasiones no logramos el resultado esperado. Pese a que este tipo de ayudas son muy importantes, podríamos beneficiarnos de un lugar donde poder reflexionar sin sentirnos juzgados ni presionados por nuestro medio. La Psicoterapia pretende guiar al paciente en el proceso hacia su propio bienestar, desde el conocimiento de sí mismo y sus circunstancias. Explora y potencia los propios recursos mediante el aprendizaje de nuevos posicionamientos para solucionar situaciones incómodas y dolorosas que nos desbordan o no sabemos enfrentar. Solo desde el entendimiento de quiénes somos y qué nos sucede podemos hacer algo para mejorar, avanzando así hacia el equilibrio que todos deseamos.