
08/06/2025
La música es el verdadero aliento de la vida. Va directo al alma y cura lo que las palabras no pueden alcanzar.
La neurociencia ha demostrado que la música no es solo un arte: es una herramienta terapéutica capaz de activar y reorganizar funciones cerebrales. Escuchar música —especialmente música armoniosa, alegre o meditativa— puede estimular la liberación de dopamina, el neurotransmisor del placer, y reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Estudios de resonancia magnética funcional muestran que la música activa el sistema límbico, involucrado en la emoción, así como la corteza prefrontal, relacionada con la toma de decisiones y la regulación emocional.
En el caso específico de los cuencos tibetanos y de cuarzo, sus frecuencias sostenidas y vibraciones tienen un efecto especialmente calmante en el sistema nervioso parasimpático, induciendo estados de profunda relajación, similares a los alcanzados en la meditación o el sueño profundo. Estas frecuencias, según estudios en musicoterapia y sonoterapia, ayudan a sincronizar las ondas cerebrales, favoreciendo estados de conciencia más armónicos (ondas alfa y theta).
Por su parte, la música alegre y rítmica puede mejorar la motivación, el estado de ánimo y el sentido de conexión con uno mismo y con los demás. En psicoterapia se ha usado con éxito en el tratamiento de la depresión, la ansiedad y el dolor crónico.
En el evento SOUND HEALING + MUSICAS AL ALMA este 14 de Junio, tendremos ambos tipos de música, primero para reequilibrar el sistema nervioso, y a continuación música para trabajar el amor propio, la motivación, la confianza y el poder personal.