
20/06/2025
Cuando el calor aprieta... el yoga se adapta.
En los días de altas temperaturas, tu práctica no tiene por qué parar.
Al contrario: es el momento perfecto para escuchar al cuerpo, suavizar el ritmo y dejar que el yoga —como enseñaba Krishnamacharya— se amolde a ti.
El uso de apoyos como mantas, bloques y cojines no es una señal de debilidad, sino de sabiduría.
Una práctica suave, con posturas más sostenidas, en quietud y con la respiración como guía, puede darte justo lo que necesitas: frescor, calma, equilibrio.
Setu Bandha Sarvangasana con soporte, Supta Baddha Konasana con bolsters o Viparita Karani en la pared son ejemplos de cómo el yoga puede ser suave, profundo y terapéutico, sin encender más fuego del necesario.
Recuerda: no es hacer más... es hacer mejor.
Adaptar no es perder. Adaptar es honrar tu práctica con consciencia.
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