
02/07/2025
🌿 GRACIAS POR TANTO 🌿
Después de 15 maravillosos años dedicados a acompañar a las personas en sus procesos de neurorrehabilitación en mi propio centro, hoy escribo estas palabras con el corazón en la mano para compartir una decisión importante: el 30 de junio, nuestro centro de Reeducación y Neurorrehabilitación Sara Luqui cierra sus puertas.
Ha sido un camino de entrega, aprendizajes y profunda conexión humana. Un camino que no hubiera sido posible seguir sin el apoyo incondicional, la energía y el buen hacer profesional de Fernando; siempre a mi lado, siempre animándome y apoyándome con su aliento, sus conocimientos y su ilusión. Gracias por todo compañero.
Este espacio que construimos juntos ha sido testigo de innumerables historias de superación, de pequeños y grandes logros, de sonrisas recuperadas y de caminos recorridos paso a paso. Desde los más pequeños hasta nuestros queridos pacientes adultos, cada uno ha dejado una huella imborrable en mi vida profesional y personal.
La decisión de cerrar no ha sido fácil. Como pedagoga, he dedicado mi vida a guiar y acompañar a otros, pero he comprendido que para seguir brindando lo mejor de mí, necesito ahora dedicar tiempo a mi propio bienestar y salud. Es un paso necesario en mi camino personal que, aunque doloroso, tomo con la certeza de que es lo correcto en este momento de mi vida.
Quiero expresar mi agradecimiento más sincero por la confianza depositada en mí durante todos estos años. Ha sido un privilegio ser parte de sus vidas, de sus procesos de recuperación, de sus momentos de vulnerabilidad y de sus victorias. Cada sesión, cada conversación, cada avance logrado juntos ha sido un regalo que llevaré siempre conmigo.
Gracias de todo corazón a cada persona que ha pasado por aquí: mis niños pequeños a los que he visto crecer y ahora son unos jóvenes maravillosos llenos de vida y oportunidades; a tantos adultos que han visto sus vidas condicionadas por procesos neurológicos adversos y que han vuelto a sonreir; a esas personas que están viviendo una etapa maravillosa de la vida, el envejecimiento, con las que tanto he aprendido.
También quiero agradecer a sus familias, padres, madres, esposas, maridos, hijos e hijas, compañeros y compañeras que siempre habéis estado ahí acompañando nuestros procesos, escuchando, cooperando, aguantando nuestras “pequeñas locuras”, compartiendo lágrimas, risas y sonrisas, abriendo vuestras manos y corazones para que la vida de los vuestros sea mejor. Agradezco la confianza y el amor que habéis depositado en este espacio.
Y mi reconocimiento a todas las instituciones con las que he tenido la suerte de colaborar: EMNavarra (tantas vivencias y tantos años juntos compartiendo y aprendiendo), Tasubinsa (porque apostaron por la mi metodología y porque nos han enseñado tanto, por su humanidad y amor incondicional de todas esas personas que viven la vida con la máxima ilusión y sus ganas infinitas de aprender siempre), la Residencia Diocesana Argaray (muy especialmente a ese entrañable grupo de sacerdotes del Seminario de Pamplona), ha sido un honor compartir propósito y servicio con vosotros.
Gracias también a mi equipo de trabajo, por su entrega, profesionalidad y corazón. Sois una parte fundamental de lo que hemos construido.
Gracias a todos y todas por dejarme acompañaros, por compartir vuestros pasos, por las sonrisas, los retos y la fuerza que tantas veces me habéis demostrado y enseñado.
Aunque el centro cierre sus puertas, me llevo cada historia, cada mirada, cada sonrisa, cada lágrima y cada aprendizaje conmigo. Este cierre no es un adiós, sino una pausa necesaria. El amor por mi vocación y por las personas sigue latiendo con fuerza.
Os llevo en mi corazón y espero que los aprendizajes que compartimos sigan floreciendo en cada uno de vosotros y vosotras.
Con infinito cariño y gratitud,
Os sonríe siempre y os lleva en el corazón
Sara Luqui