
24/07/2025
Reflexionando...
Uno de los aspectos que más suelo compartir en los entrenamientos de gestión del estrés y conflictos en las empresas, y que cuesta un poco de primeras entender es que:
"Los límites son un acto de amor/amabilidad en la relación".
Según el estilo relacional de la persona (de ahí la importancia de acompañar las formaciones con AUTOCONOCIMIENTO) estos límites pueden verse como algo egoísta o con culpa.
El caldo de cultivo que puede estar gestándose debajo (al desatenderse ella misma de forma continua para proteger la relación de la forma que sabe) es resentimiento hacia el otro empeorando el clima laboral o peor aún... acabar quemándose ella misma en su trabajo.
Así que, no sería de extrañar ver qué en esos desequilibrios sostenidos en el tiempo aparezca malestar entre compañeros e incluso ver como algunos de los más productivos pueden acaban "fundidos".
El límite es un acto de amor y amabilidad porque al ponerlo la persona puede mostrar de forma honesta y respetuosa quien es y que necesita en este momento y contexto. Le sirve para cuidarse y a la vez para cuidar al otro ya que muchas veces el impacto repetido del otro puede llevar a sacar aspectos suyos no tan agradables y que el otro se lleve partes no tan amables sin aviso.
Sería algo así como un me cuido para cuidarme y también para hacer lo posible por atenderte y cuidarte de aspectos de mi que podrían dañarte de alguna forma en algún momento. (Vuelvo a reincidir en la clave fundamental del AUTOCONOCIMIENTO)
Esto es importante porque también se dan situaciones donde las personas ponen límites muy rígidos y férreos que no tienen en cuenta que al otro lado también hay un otro con quien se está relacionado (ejm compañero de departamento).
La flexibilidad de estar en un dar y recibir (no comercial de tu me das 3 y yo te doy 3... sino natural y nutritivo hacia ambos lados) nos permite crecer individualmente y también como grupos.
Estamos vivos por lo que no siempre sostenemos el mismo estado y energía lo cuál requiere capacidad de adaptarnos y ajustarnos en las interacciones quizás con base a ciertos valores fundamentales como: honestidad, respeto, responsabilidad y amabilidad.