La Atención al presente

La Atención al presente La atención al presente es un enfoque intencionado de la atención, que nos permite observar, sin v La definición no ha sido modificada desde 1948.

Visión

Las personas y la sociedad tienen necesidad de conocer los beneficios para la salud integral que es capaz de aportarles la atención al presente. Misión

Nuestra misión se centra en la generación de programas de investigación y entrenamiento que mejoren la salud individual y social adoptando un modo de vida atento a la realidad, sin prejuicios, con afecto y respeto por la vida en todas sus manifestaciones

OMS, 1946. DEFINICION DE LA SALUD

«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.»

La cita procede del Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, que fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Official Records of the World Health Organization, Nº 2, p. 100), y entró en vigor el 7 de abril de 1948. El objetivo de alcanzar la salud, no solamente corresponde a la medicina, sino a la sociedad y al individuo.

Si vives con mas RESPUESTAS, que SILENCIOS y PREGUNTAS, vives básicamente AUSENTE de tu propia vida.REFLEXIÓN         Es...
14/11/2025

Si vives con mas RESPUESTAS, que SILENCIOS y PREGUNTAS, vives básicamente AUSENTE de tu propia vida.

REFLEXIÓN

Esa frase revela una verdad profunda: cuando vivimos llenos de respuestas, sin dejar espacio al silencio ni a la pregunta, ya no estamos viviendo, sino repitiendo. Las respuestas rápidas son reflejos del pasado: lo aprendido, lo creído, lo temido. En cambio, el silencio y la pregunta abren la puerta al presente, donde realmente ocurre la vida.

Responder todo el tiempo es una forma sutil de defenderse; preguntar y escuchar, una forma de estar vivo y disponible. El silencio no es vacío: es el espacio donde la mente deja de imponer y la realidad puede mostrarse tal cual es.

La ausencia interior ocurre cuando reaccionamos sin mirar, cuando la prisa por tener razón sustituye el interés por comprender. Estar presente es permitir que cada momento nos interpele antes de contestar.

Ejercicio sencillo:

Hoy, en cada conversación, deja dos segundos de silencio antes de responder.

Nota lo que cambia: quizás las palabras se vuelven más justas y la conexión más real.

Vivir con más silencios y preguntas no te aleja del mundo; te devuelve a él

El MAPA no es el TERRITORIO"REFLEXIÓN                      la representación nunca es la realidad. El mapa —hecho de ide...
13/11/2025

El MAPA no es el TERRITORIO"

REFLEXIÓN

la representación nunca es la realidad. El mapa —hecho de ideas, creencias, recuerdos o teorías— sirve para orientarnos, pero no sustituye al territorio vivo, cambiante e imprevisible que es la vida. Confundirlos es origen de gran parte de nuestro sufrimiento: reaccionamos al mapa mental, no al hecho presente.

Cada persona camina con sus propios mapas: juicios, valores, historias. Son necesarios, pero parciales. El problema aparece cuando los tratamos como verdad absoluta. Entonces dejamos de ver lo que está ocurriendo y solo confirmamos lo que ya pensamos. El diálogo, el aprendizaje y la libertad interior comienzan cuando reconocemos la diferencia entre lo que creemos y lo que es.

Ejemplo: creer que “esa persona no cambiará” es un mapa. Observar su conducta actual sin prejuicio es pisar el territorio. Lo primero encierra; lo segundo abre posibilidades.

Ejercicio sencillo:

Hoy, ante cualquier desacuerdo, pregunta: ¿Estoy viendo el hecho o mi interpretación del hecho?

Describe solo lo observable, sin adjetivos.

Nota cómo se amplía la comprensión cuando dejas que el territorio te corrija el mapa.

El mapa orienta; el territorio enseña. La sabiduría está en caminar con el mapa en la mano, pero los ojos en el camino.

"No encontrarás la VIDA detrás de las PALABRAS, solo más PALABRAS sobre la VIDA "REFLEXIÓNEsta frase señala una verdad q...
12/11/2025

"No encontrarás la VIDA detrás de las PALABRAS, solo más PALABRAS sobre la VIDA "

REFLEXIÓN

Esta frase señala una verdad que a men**o pasamos por alto: las palabras pueden describir la vida, pero no reemplazarla. Pensamos, analizamos, explicamos… y en ese intento de entender, nos alejamos de la experiencia directa. La mente crea un relato, y acabamos viviendo más en el discurso que en el hecho mismo.

La vida no ocurre en las explicaciones, sino en el contacto: en el acto de mirar, escuchar, sentir, decidir, equivocarse, amar. Las palabras son útiles para comunicar, pero se vuelven obstáculo cuando creemos que nombrar algo equivale a vivirlo. Ningún texto puede enseñar lo que significa perdonar, enamorarse o perder; solo la experiencia lo revela.

La comprensión real llega cuando la palabra se vuelve transparente, cuando señala sin interponerse. Entonces la mente calla y lo vivido habla por sí mismo.

Ejercicio sencillo:

Hoy, elige una acción pequeña —caminar, preparar una comida, conversar— y hazla sin narrarla mentalmente.
Solo vive el acto.
Después, observa qué cambia cuando lo experimentas sin palabras.

Ahí empieza el conocimiento verdadero: el que nace de la vida misma.

¿El silencio se piensa?REFLEXIÓN El silencio no se piensa, se presencia. En cuanto intentas pensarlo, deja de ser silenc...
12/11/2025

¿El silencio se piensa?

REFLEXIÓN

El silencio no se piensa, se presencia. En cuanto intentas pensarlo, deja de ser silencio y se convierte en una idea, en una imagen mental sobre el silencio. Pensar el silencio es como querer guardar el viento en una caja: al definirlo, se escapa.

El silencio no es la ausencia de sonido, sino la pausa viva donde la mente deja de intervenir y la realidad se muestra tal como es. En ese espacio, el pensamiento puede seguir existiendo, pero sin dominio; pasa como una nube, no como tormenta.

Cuando hay silencio interior, no se produce vacío, sino claridad. Lo esencial se revela sin esfuerzo: se comprende sin necesidad de formularlo. Desde ahí, la palabra que surge después es más precisa, más limpia.

Ejercicio sencillo:

1- Siéntate cómodo y deja que la respiración se haga natural.

2- No busques callar los pensamientos; solo obsérvalos sin seguirlos.

3- Nota los pequeños espacios entre uno y otro.
Ese intervalo, ese instante sin comentario, es el silencio.
No lo pienses. Solo quédate ahí.

"Deja que la belleza de lo que AMAS sea lo que HACES"Reflexión  RUMIEsa frase de Rumi encierra una sabiduría profunda y ...
11/11/2025

"Deja que la belleza de lo que AMAS sea lo que HACES"

Reflexión RUMI

Esa frase de Rumi encierra una sabiduría profunda y sencilla: cuando lo que haces nace de lo que amas, la acción se vuelve oración. No hay separación entre trabajo, arte o servicio; todo se integra en una misma corriente de sentido. No se trata solo de seguir una pasión romántica, sino de permitir que el amor sea el principio que oriente cada gesto, incluso el más cotidiano.

Cuando la acción está guiada por la ambición o el miedo, el esfuerzo se vuelve pesado. Cuando nace del amor —por la vida, por las personas, por lo que uno cuida o crea—, aparece una ligereza natural. No es que todo sea fácil, sino que hay dirección interior: el hacer se vuelve coherente con el ser.

Ejemplo: alguien que cocina por necesidad alimenta cuerpos; quien cocina con amor nutre también vínculos. Lo mismo ocurre con enseñar, escuchar o reparar algo: el amor convierte lo ordinario en un acto creador.

Ejercicio sencillo:

Hoy, elige una tarea habitual (limpiar, escribir, caminar).

Antes de hacerla, respira y di: “Voy a hacer esto con amor, no por obligación.”

Observa cómo cambia tu ánimo, tu atención y el resultado.

Cuando lo que amas se expresa en lo que haces, la vida entera se vuelve arte

El único momento apropiado para cambiar es el presente.. REFLEXIÓN,solo el presente tiene poder transformador. El pasado...
11/11/2025

El único momento apropiado para cambiar es el presente..

REFLEXIÓN,

solo el presente tiene poder transformador. El pasado nos ofrece comprensión, y el futuro, dirección; pero el único lugar donde la voluntad puede encarnarse es este instante.
El cambio no ocurre por acumulación de ideas o deseos, sino por un gesto simple: actuar ahora.

Desde una mirada más profunda, el cambio real no depende tanto de forzarse a ser distinto como de darse cuenta de lo que uno está haciendo en este momento. Ver con atención el propio hábito —la inercia, el miedo, la espera— ya es una forma de cambio. Esa lucidez abre espacio para que algo nuevo suceda sin lucha.

El cambio auténtico no siempre es grande ni visible; a veces comienza con una respiración más consciente, una palabra más amable o el silencio que evita una reacción automática. Todo cambio empieza por un acto de presencia.

Ejercicio sencillo:

Hoy, elige un aspecto de tu vida que desees mejorar.

Observa cómo te relacionas con él en este momento, sin juzgarte.

Da un paso pequeño y concreto hoy mismo: una llamada, una frase honesta, un gesto de cuidado, una acción que interrumpa la inercia.

Al final del día, pregúntate: ¿Qué cambió en mí al hacerlo ahora, y no más tarde?

El presente no espera; simplemente invita.

¿Cuál es el objetivo de la vida?REFLEXIÓN La vida, en su esencia, no tiene un objetivo impuesto desde fuera No nació par...
05/11/2025

¿Cuál es el objetivo de la vida?

REFLEXIÓN

La vida, en su esencia, no tiene un objetivo impuesto desde fuera
No nació para servir a una meta, sino para ser vivida plenamente. Sin embargo, el ser humano —con su mente inquieta y su deseo de sentido— busca constantemente un propósito que dé dirección a su existencia. Esa búsqueda puede ser fuente de inspiración, pero también de sufrimiento, si se convierte en una carrera por alcanzar algo que siempre parece estar más adelante.

El objetivo de la vida no se encuentra en una definición, sino en una experiencia: descubrir lo que significa estar vivo conscientemente. Cuando uno se hace presente a sí mismo, la vida deja de ser un medio y se vuelve un fin en sí misma.

Ejemplo 1: un artista crea no para cumplir un propósito externo, sino porque en el acto de crear se siente vivo.

Ejemplo 2: una persona que cuida de otro no busca recompensa; el amor mismo es su sentido.

Ejemplo 3: quien contempla un amanecer y siente gratitud sin razón ha encontrado, aunque sea por un instante, el propósito más puro: vivir despierto.

Podría decirse que el objetivo de la vida es llegar a comprenderla desde dentro, vivir en coherencia con lo que somos y contribuir al bienestar común desde esa comprensión. Cuando actuamos desde la atención, la vida se ordena; cuando vivimos dormidos, se dispersa.

Tres ejercicios para descubrir tu propósito vital

1- Escucha interior

Dedica unos minutos al silencio y pregúntate sin buscar respuesta: ¿Qué es lo que da sentido a mi estar aquí, hoy?

2- Acción con significado

Haz algo pequeño cada día que refleje tus valores: un gesto de bondad, un acto de honestidad, una palabra sincera.

3- Vivir el presente como fin

Recuerda, al comenzar el día: “Mi objetivo no está al final; está en cada instante vivido con conciencia.”

Aforismo :
“El objetivo de la vida no es alcanzarla, sino habitarla.

¿La gratitud es el mejor y más sencillo camino para el cambio interior?REFLEXIÓN Nuestro estado habitual es el defensivo...
05/11/2025

¿La gratitud es el mejor y más sencillo camino para el cambio interior?

REFLEXIÓN

Nuestro estado habitual es el defensivo, con sus alertas ante amenazas a nuestro ego, con nuestras resistencias a que las cosas se presenten como no quiero, afán de controlar los problemas y aliviar la incertidumbre, tratar de acumular un poco más de algo para que no falte, etc. Tenemos una constante actitud de búsqueda de seguridad, y para eso siempre necesitamos más y más de lo que sea. Ya sea dinero, cariño, cosas bellas, reconocimiento, cultura, relaciones…, porque siempre nos falta algo.

Hay, sin embargo, otro enfoque posible que nos alivia el sufrimiento de la actitud defensiva. Se trata de estar bien con lo que tienes, de valorar lo que hay y lo que ha sido bueno en tu vida, incluso lo malo no lo verás malo porque puedes aprender y mejorar tu vida. Hablo de la gratitud. A muchos puede que esta palabra les parezca ñoña, algo relacionado con la debilidad o la sumisión.

Pero no tiene nada que ver con eso. Se trata de no olvidar lo que tenemos en lugar de anhelar más o temer perder lo que se tiene. Es una actitud muy saludable que podrás disfrutarla en cuanto te propongas practicarla. Como escribió Marco Aurelio, la actitud es algo que puedes cambiar ahora mismo. Inténtalo y hazlo.
No me creas. Practica y verifica a través de tu propia experiencia e indagación.

Ejercicio del día

Me siento AGRADECIDO por estar VIVO

Atiendo sin forzar a la SENSACIÓN de mi respiración por unos instantes y siento que mi pecho se relaja. Permito que vaya surgiendo en él un espacio de gratitud por estar vivo.
Si alguna resistencia aparece, si se presenta un viejo recuerdo que te indispone con la gratitud, decide claramente que no tiene significado ni importancia suficiente. Da permiso para que esa sombra se desvanezca y respira gratitud. Respira gratitud.

La actividad del pensamiento nos produce la sensación de que "ESTAMOS SEPARADOS" de aquello que percibimos.REFLEXIÓN La ...
04/11/2025

La actividad del pensamiento nos produce la sensación de que "ESTAMOS SEPARADOS" de aquello que percibimos.

REFLEXIÓN

La actividad del pensamiento es indispensable para orientarse, pero también introduce una brecha: al nombrar, clasificar y comparar, crea la sensación de un “yo” que observa objetos “allá fuera”. Ese mecanismo es útil para la técnica y la planificación; sin embargo, aplicado sin pausa a la vida interior y a las relaciones, endurece fronteras y convierte el mundo en cosas, incluso a las personas. Entonces la experiencia directa —color, voz, respiración, mirada— queda velada por etiquetas, recuerdos y expectativas. La separación percibida no surge de los ojos, sino del relato que se superpone a lo visto.

El pensamiento tiende a fragmentar por tres vías. Primero, el etiquetado: “eficiente/inepto”, “amigo/enemigo”. Las etiquetas aceleran decisiones, pero empobrecen la realidad. Segundo, la proyección temporal: pasado y futuro se cuelan en el presente y colorean el encuentro (“seguro repetirá lo de ayer”). Tercero, la autoimagen: el observador se cristaliza (“yo soy así”) y todo se interpreta para confirmarlo. Esta triple operación separa al observador de lo observado y alimenta la defensa o el deseo, no la comprensión.

Superar la ilusión de separación no exige anular el pensamiento, sino ponerlo en su lugar: que siga siendo herramienta y no tirano. Al recuperar la percepción directa y leer con honestidad las emociones y el cuerpo, el contacto se vuelve más amplio. No desaparecen los límites necesarios; se disuelve la rigidez que impide ver al otro y al mundo como procesos vivos y no sólo como conceptos.

Ejemplos breves

1- Reunión laboral.

La mente ya decidió: “esa persona boicotea”. Se filtran sus palabras para confirmarlo. Al registrar el cuerpo (n**o en el pecho), nombrar el hecho observable y preguntar con precisión, emerge un dato nuevo: había un bloqueo de recursos, no mala fe.

2- Conversación familiar.

El rótulo “siempre dramatiza” impide escuchar el contenido. Al suspender la etiqueta por un minuto, aparece una petición razonable. La relación se humaniza porque la percepción se despeja.

3-. Paseo cotidiano.

Caminar con la cabeza llena de listas separa del entorno. Un minuto de atención a sonidos, luz y respiración cambia la cualidad de la experiencia: la calle deja de ser un túnel.

Tres ejercicios simples para integrar y disminuir la sensación de separación

1- H–E–C–A (Hecho–Emoción–Cuerpo–Acción) – 3 minutos.

Hecho: una línea observable, sin adjetivos.

Emoción: nombrarla (“enojo”, “miedo”, “tristeza”).

Cuerpo: localizar la sensación dominante (pecho, mandíbula, abdomen).

Acción: un paso mínimo y verificable que cuide dignidad y claridad.
Ordenar así reduce el dominio de la historia automática.

2- Suspensión de etiqueta (90 segundos en diálogo).

Al detectar un rótulo (“siempre/ nunca”), prescindir de él por un minuto y pedir un ejemplo concreto o un criterio. La percepción gana detalles y el vínculo pierde dureza.

3- Anclaje 3–2–1 (60–90 s, tres veces al día).

Tres exhalaciones largas; nombrar 3 sonidos, 2 colores, 1 sensación táctil. Preguntar: ¿Qué importa ahora? Elegir un gesto coherente (preguntar, agradecer, pausar). Devuelve la primacía a la experiencia directa.

Perspectiva de fondo: el pensamiento separa para comprender; la presencia vuelve a unir para vivir. Cuando percepción, emoción y valor elegido se alinean, la distancia innecesaria se afloja. No se renuncia a pensar; se piensa desde un contacto más real. Ahí la relación con las personas, las tareas y uno mismo deja de ser una interpretación cerrada y se convierte en un encuentro vivo que da lugar a la paz y al sentid

¿Es posible orientarse a lo correcto desde el egoísmo?REFLEXIÓN Ese “centro del mundo” que se atribuye el yo tiene mil d...
04/11/2025

¿Es posible orientarse a lo correcto desde el egoísmo?

REFLEXIÓN

Ese “centro del mundo” que se atribuye el yo tiene mil disfraces. A veces toma la forma de queja metafísica (“el universo se ensaña conmigo”); otras, de contabilidad moral (“¿por qué muere quien amo y vive quien me irrita?”). En ambos casos opera el mismo sesgo: personalización. Lo impersonal —azar biológico, cadenas causales, decisiones ajenas— se interpreta como mensaje dirigido. Ese encuadre produce doble dolor: el del hecho y el de sentirlo como afrenta personal. Además, encadena a una ilusión: si todo gira en torno al yo, entonces el mundo “debería” ajustarse a su guion; cuando no lo hace, aparece la amargura.

Hay, además, una expectativa tácita de justicia inmediata: como si la realidad fuera un tribunal que paga méritos al contado. La vida real mezcla azar, estructuras y elecciones, y el desenlace de un caso particular no revela “el plan” ni el valor de una persona. El apego a lo familiar y protector intensifica la fantasía de control: lo que quiero conservar debería permanecer; lo que me ofende, desaparecer. Ese empuje es humano; se vuelve tóxico cuando confunde deseo con derecho y convierte la pérdida en ofensa del cosmos.

La salida no es culpar al yo por centrarse, sino descentrarlo lo suficiente para ver mejor. Descentrar no significa desvalorizar el propio dolor, sino reconocer que no es el único foco de la escena. Cuando eso ocurre, la pregunta cambia: de “¿por qué a mí?” a “¿qué pide este hecho de mí ahora?”—cuidar, reparar, aprender, acompañar. El sentido no domestica la tragedia, pero evita que el sufrimiento se solidifique en identidad. Se honra el vínculo, se llora la pérdida, y luego se convierte esa energía en tarea concreta. Esa es la diferencia entre vivir en el eje del agravio o en el eje del valor.

Tres ejemplos breves

1- Diagnóstico duro.

Personalización: “algo o alguien me castiga”. Descentramiento: reconocer el dolor, apoyarse en la evidencia médica, pedir ayuda y diseñar hábitos que cuiden la vida que queda. Menos culpa cósmica, más dignidad.

2- Injusticia laboral.

Personalización: “me odian”. Descentramiento: documentar hechos, buscar aliados, usar canales formales; a la vez, proteger la autoestima para que el agravio no colonice toda la identidad.

3 Muerte de un ser querido.

Personalización: “la realidad me traiciona”. Descentramiento: rituales, comunidad, promesa de continuar un valor del ausente. El amor se transforma en acto y memoria viva.



Tres ejercicios para ver las sutilezas del egocentrismo

1- Hecho–Historia–Humildad (3 minutos
Escribe el hecho en una línea. Anota la historia personal (“se ensañan conmigo”). Añade una pregunta de humildad cognitiva: ¿Qué factores impersonales podrían explicar esto (azar, sistema, límites humanos)? Define un paso que cuide dignidad hoy.

2- Traslado de foco (90 segundos).

Al notar la queja “¿por qué a mí?”, formula dos preguntas:

¿Quién más queda afectado por esto y cómo?

¿Qué gesto pequeño reduce daño para ese otro y para mí?
Ejecuta el gesto en el día.

3. Ritual de sentido (5 minutos, semanal).

Elige una pérdida o frustración. Nombra el valor que revela (cuidado, justicia, verdad). Diseña una acción medible para encarnarlo (acompañar a alguien, mejorar un proceso, aprender algo que prevenga daño). Revisa a la semana qué cambió en ti y alrededor.

Descentrar el yo no es borrarlo; es ubicarlo. Al dejar de suponer que todo es mensaje para uno, la percepción se limpia, el dolor se hace tratable y la energía se orienta. Así, pensar, sentir y actuar pueden alinearse con lo que merece continuidad, incluso cuando lo familiar se pierde. Ahí, sin dioses que “fallen” ni universos que conspiren, nace una paz más sobria: la de responder con humanidad en medio de lo inevitable.

¿El presente es el principio y el final de toda vivencia?REFLEXIÓN Sí, toda vivencia comienza y termina en el presente. ...
03/11/2025

¿El presente es el principio y el final de toda vivencia?

REFLEXIÓN

Sí, toda vivencia comienza y termina en el presente. El pasado se nos da como memoria presente, y el futuro como anticipación presente. No hay acceso directo a otra puerta que no sea este instante; incluso recordar o planear son actos actuales del cuerpo y la mente. Sin embargo, el presente no es un punto desn**o: es un tejido donde se entrelazan percepción, memoria, expectativa y valor. Por eso dos personas, en el mismo lugar y al mismo tiempo, pueden vivir “presentes” distintos.

Conviene distinguir: el presente cronológico (el instante que pasa) y el presente vivo (la cualidad de estar). Lo primero es inevitable; lo segundo es una capacidad que se entrena. Estar en el presente no exige apagar el pensamiento, sino alinearlo con lo que ocurre, de modo que percepción, emoción y acción conversen entre sí en lugar de estorbarse. Cuando eso sucede, la experiencia adquiere densidad: se ve mejor lo real, se reduce el ruido de las historias innecesarias y se elige un paso coherente con los propios valores.

Perspectiva existencial: aunque no se elige todo lo que acontece, permanece la libertad de actitud y de para-qué. Dar un para-qué al instante —cuidar, comprender, crear, servir— transforma la vivencia. El dolor sigue siendo dolor, pero encuentra un cauce; el placer deja de ser fin en sí y se integra en una dirección más amplia. Así, el presente no es sólo el “principio y fin” de la vivencia, sino también el lugar donde se decide su sentido.

Ejemplos breves

1 Tráfico.

Hecho: atasco. Sin presencia, surge la cadena “siempre igual” → irritación → respuestas torpes. Con presencia, se distingue hecho e historia, se avisa el retraso y se priorizan dos decisiones. Nada externo cambió; cambió la vivencia.

2 Conversación difícil.

El cuerpo se tensa y la mente ensaya defensas. Si se vuelve a la respiración, se nombra la emoción y se recuerda el valor “claridad con respeto”, la respuesta muta: “Esto veo; propongo este primer paso”. La situación puede seguir compleja, pero ya hay orden.

3 Duelo.

El presente duele. No se trata de huir, sino de darle un lugar: sentir el peso, nombrar el amor que permanece y convertirlo en gesto (acompañar a alguien, preservar un valor del ausente). El sentido no borra la pena; la dignifica.

Tres ejercicios simples para habitar el presente

Anclaje 3–2–1 (90 s, varias veces al día).
Tres exhalaciones más largas que la inhalación. Nombra 3 sonidos, 2 colores y 1 sensación táctil. Pregunta: ¿Qué importa ahora? Elige un paso mínimo (preguntar, anotar, pausar).

H–E–V–A (Hecho–Emoción–Valor–Acción) – 3 min cuando haya fricción.
Escribe el hecho en una línea; nombra la emoción y dónde se siente en el cuerpo; elige el valor que guiará (dignidad, cuidado, verdad); define una acción verificable hoy.

Ritual de apertura y cierre (1 minuto al inicio y al final del día).
Mañana: formula una intención en siete palabras (“claridad con respeto, sin prisa ni dureza”). Noche: anota un instante vivido con presencia y uno donde te ausentaste; decide un ajuste pequeño para mañana.

El presente es la única puerta; pero cómo la cruzamos decide la calidad de la experiencia. Alinear ver, sentir y actuar bajo un valor elegido convierte cada instante en un lugar habitable, incluso cuando duele. Ahí se abre —y concluye— toda vivencia que merece el nombre de vida.

¿La palabra solo nombra?REFLEXIÓN Sí .La palabra nombra, pero no contiene. Es un signo, una huella, una aproximación a l...
03/11/2025

¿La palabra solo nombra?

REFLEXIÓN

Sí .La palabra nombra, pero no contiene. Es un signo, una huella, una aproximación a lo que la realidad es. Las palabras nos permiten comunicarnos, compartir experiencias, construir conocimiento, pero nunca pueden capturar completamente la vida que intentan describir. La palabra señala; el hecho es lo que es.

Confundir el nombre con la cosa es uno de los grandes engaños del pensamiento. Creemos que al decir “amor”, “dolor” o “árbol” ya comprendemos lo que significan, cuando en realidad solo evocamos una imagen mental. La experiencia viva —el aroma del árbol, la vibración del amor, la punzada del dolor— ocurre más allá de la palabra.

Ejemplo 1: decir “mar” no moja; solo la experiencia directa del agua, del horizonte, del sonido, nos conecta con su verdad.

Ejemplo 2: decir “te amo” puede ser sincero o vacío, según la presencia que lo habite; la palabra no garantiza la vivencia.

Ejemplo 3: llamar “enemigo” a alguien reduce su humanidad a un concepto; la palabra separa donde la mirada podría comprender.

La palabra es útil, pero su límite está en que puede volverse una cárcel del pensamiento si no la vemos como lo que es: una herramienta, no la realidad. Cuando se habla desde el silencio interior, la palabra se vuelve transparente, deja pasar el significado sin distorsionarlo.

Tres ejercicios para descubrir el límite y el poder de la palabra

1-
Nombrar y experimentar

Elige una palabra simple —“flor”, “respiración”, “paz”—. Dila en voz alta y luego observa directamente lo que nombra. Nota la diferencia entre el decir y el sentir.

2-
Silenciar el lenguaje interior

Durante unos minutos, observa lo que te rodea sin ponerle nombre. Solo percibe. Descubrirás una riqueza que el pensamiento no alcanza.

3-
Hablar desde el silencio

Antes de responder en una conversación, haz una pausa. Deja que las palabras nazcan desde la calma, no desde la prisa mental.

“Aforismo:

"La palabra nombra, pero no es la cosa. Solo el silencio la revela.”
.”

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Las Palmas De Gran Canaria

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